Nada ni nadie para al Casademont Zaragoza ahora mismo. El equipo aragonés ha sumado su novena victoria de la temporada en doce jornadas disputadas en casa del colista, un Movistar Estudiantes que comenzó con mucho brío pero que acabó claudicando ante la superioridad aragonesa. Con Seeley y Radovic liderando la anotación, con su superioridad habitual en el rebote, con su paciencia y su cabezonería infinitas, el Casademont ha dominado el partido y frenado todos y cada uno de los intentos del Estudiantes por darle la vuelta y ha dado la puntilla a su rival con un impresionante parcial de 0-17 en los últimos minutos. Los jugadores de Fisac van embalados hacia la Copa del Rey.

Siempre hay que tener en cuenta la necesidad como motor de un equipo, como elemento para espolear a los jugadores y obligarles a dar lo mejor de sí mismos. Así, movido por la necesidad, por su situación de colista, salió el Estudiantes a pista, intenso atrás y decidido delante, lo que le dio el mando en los primeros minutos. Pero el Casademont no se pone nervioso ante nada y, primero con Justiz, y luego con una zona que ahogó a los colegiales, fue dándole la vuelta a la situación como si tal cosa y, con un parcial de 0-11, tomó su primera ventaja importante (12-19).

Claro que también hay que tener en cuenta la necesidad como lastre de un equipo, como el peso que hunde a unos jugadores, que les arrebata la confianza. Para conseguir eso del Estudiantes, como acabó sucediendo en el tramo final, el Casademont necesitaba paciencia, mucha paciencia, y mantener el dominio, al menos, del marcador. Lo hizo en el segundo cuarto cuando bajó el nivel de acierto y mostró su carácter imperturbable cuando tras el empate del Estudiantes (28-28) volvió a estirar el resultado en un momento hasta los siete puntos. Un golpe más en la minada moral de su rival.

El dominio aragonés se basó en la defensa en zona y en su acierto de dos. Porque desde el triple estuvo tan ofuscado como de costumbre. En los primeros veinte minutos solo acertó Brussino (el equipo hizo 1/9, un 11% de acierto), mientras que dentro del arco se mantuvo por encima del 50%. Sin embargo, el Estudiantes no estaba mucho más atinado, ni por dentro ni por fuera, y cada vez le costaba más sumar puntos. También fue importante el rebote, donde el conjunto de Fisac hizo valer su superioridad esta temporada para capturar ocho más en veinte minutos.

Sobre esa base continuó trabajando el Casademont en la segunda parte, en la que primero amplió su ventaja y después tuvo que hacer gala una vez más de su paciencia. El Estudiantes se agarró al partido como solo se agarra alguien a la vida y volvió a igualar el marcador llevando el duelo a una sucesión de empates, sin conseguir nunca el conjunto local ponerse en ventaja. Sí lo hizo el Casademont, mandando un mensaje muy claro a su rival: sigue intentándolo. El rebote y la calidad de Seeley, además de una técnica y la eliminación de Arteaga, llevaron al equipo de Fisac de nuevo a seis puntos de distancia al terminar el tercer cuarto (55-61).

La misma tónica se mantuvo en los últimos diez minutos. Al Casademont Zaragoza le da lo mismo ir empate, que ganando por diez o perdiendo por veinte, continúa con su ritmo machacón. Así que el Estudiantes se vio una y otra vez intentando llegar a la orilla, tocándola con los dedos, pero siendo arrastrado una y otra vez por las oleadas del equipo aragonés. La última, un espectacular 0-17 de parcial en el tramo final del partido, del 63-66 al 63-83, definitiva para sentenciar la novena victoria de la temporada. La Copa está más cerca.