El baloncesto vive una semana de despedidas. El lunes, el jugador de los San Antonio Spurs, Manu Ginobili, dijo adiós a este deporte a los 41 años después de conseguir cuatro anillos en la NBA. Ayer fue el turno de Albert Fontet a los 32. El pívot tarraconense siguió un camino muy diferente al del escolta argentino. Su periplo profesional le llevó por vestuarios de las categorías de oro y plata de España, como el León, el Peñas Huesca o, en su mejor época, el Basket Zaragoza.

Fontet inició su carrera en las categorías inferiores del Valencia Basket y del FC Barcelona. Su carrera prometía al ser incluído en el primer equipo de la entidad naranja, con la que debutó en ACB. No obstante, no gozó de oportunidades en la cancha. El tarraconense fichó por el Rosalía de Castro en el año 2007, que competía en Liga LEB, con el fin de conseguir los minutos que carecía en Valencia. Después de dos temporadas, en el 2009, decidió cambiar de aires con destino a León, también dos campañas. Sus actuaciones en la categoría de plata llamaron la atención del Basket Zaragoza. El club aragonés, que en aquel momento seguía bautizado como CAI Zaragoza, se hizo con los servicios del pívot en la temporada 2011-12 para reforzar el juego interior. En su presentación, el recordado técnico José Luis Abós destacó su facilidad para el rebote y el tapón.Fontet vistió la elástica rojilla durante cuatro temporadas, las mejores de la historia de la entidad. Llegó a competir en partidos de Eurocup, clasificarse para la Copa del Rey y disputar fases de playoff de la Liga Endesa. El compromiso que demostró en la cancha del Príncipe Felipe le permitió ganarse el cariño de la Marea roja y liderar el equipo como capitán.

Su aventura en Zaragoza terminó en la campaña 2015-16, cuando decidió mudarse a Portugal para jugar en el FC Porto. Ahí el pívot de Alcanar se proclamó campeón de Liga. Una oferta procedente de Huesca convenció al excapitán caísta para hacer las maletas y poner rumbo a la ciudad oscense, donde jugó estos últimos dos años.

El pívot quiso decir adiós mediante una carta en las redes sociales, donde agradece a las personas cercanas su apoyo durante su carrera. También se acordó de José Luis Abós, el técnico que le dio «la oportunidad de jugar en ACB. Me dio confianza y me hizo sentirme importante en un vestuario con jugadores de nivel top europeo, y eso no es fácil. Fue un sueño hecho realidad y por ello te estaré eternamente agradecido, tanto a ti como a Zaragoza, la que actualmente es mi casa».