La decisión del árbitro internacional holandés René Temmink de suspender el partido del sábado entre el Den Haag y el PSV por insultos racistas del público fue apoyada ayer por los políticos holandeses. El colegiado del encuentro paró el choque en el minuto 80, cuando el equipo de Hiddink vencía 0-2, por los gritos del público de La Haya, que increpó al árbitro y a algunos jugadores visitantes con insultos de carácter xenófogo.

Los aficionados no dejaron de gritar cánticos como "Temmink es la prostituta del PSV" o "Hamas, Hamas, todos los judíos a la cámara de gas", lo que llevó al árbitro a detener el choque, en consenso con el burgomaestre de la ciudad cuando aún restaban diez minutos de juego reglamentario.

UNA AFICION TEMIDA El público del Den Haag es conocido por su carácter polémico y provocativo. El pasado 12 de septiembre, en ese mismo estadio, la afición se cebó en el jugador del Ajax Rafael Van der Vaart, con continuos cánticos dirigidos a su mujer, una conocida presentadora de televisión. El futbolista pidió al árbitro que suspendiera el partido, pero el colegiado no se atrevió. Entonces, ya se comentó que la próxima vez que ocurriera algo así se pararía el pulso, por lo que la decisión de Temmink fue aplaudida.