El año que viene Aragón Aventura cumple sus bodas de plata. Desde entonces la empresa altoaragonesa es la gran referencia nacional de turismo activo. Las ascensiones a las grandes montañas del mundo son una de las actividades estrella. El verano es un buen momento para tocar el cielo en los grandes gigantes de la tierra. Pese a todo, la crisis ha afectado a esta clientela. «La gente tiene menos dinero y se resiente esta actividad. Pese a todo, somos unos artesanos de la montaña y nos adaptamos», explica Javier Garrido, uno de los responsables de la empresa jacetana. «Nuestros clientes no son estudiantes, sino personas de nivel adquisitivo medio de 40 a 45 años. No todos los viajes alcanzan los 4.000 euros de presupuesto, sino que los hay más asequibles como al Elbruz, que tiene un presupuesto de 1.800 euros», indica Javier Garrido.

En julio ya se han puesto en marcha viajes a las montañas del mundo. Una de ellas es el Muztag Ata, una de las excursiones de mayor tradición. «Partieron el pasado 8 de julio ocho clientes con dos guías, que son Jordi Tosas y Juan Carlos Vizcaíno. Tiene 7.546 metros y es de los picos de mayor altitud que ascendemos. Se anda por un glaciar a 7.000 metros. Es duro pero asequible y es para gente con experiencia en la montaña», dice.

El presupuesto alcanza los 4.500 euros. La empresa pide una experiencia a los que realizan esta ascensión. «No animamos a que la gente vaya e incluso nos gusta enfriarlos. Les pedimos que hayan tenido experiencias previas a 6.000 metros», explica. El Muztag Ata está en la cordillera del Kunlun, al este de China. «Desde que se llega al campamento base, que está a 4.500 metros, hasta que se hace cima, pasan 20 días. El último campamento de altura está a 6.700 metros».

El pasado jueves un grupo de Aragón Aventura alcanzó la cima del Elbrus, el pico más alto de Europa con sus 5.642 metros. El guía es el famoso himalayista alavés Juanito Oiarzabal, que ha estado en el Cáucaso con 8 clientes. «No es una cumbre tan dura como el Muztag Ata. Hay que tener en cuenta que tiene 2.000 metros menos, pero hay que utilizar los crampones y el piolet», dice.

Dentro de pocos días, el próximo 27 de julio, seis personas de Aragón Aventura atacarán el Pico Lenin. Esta montaña está en el Kirguistán y tiene 7.137 metros de altura. «Les acompañará el guía local Sergie Barakanov. Aquí no hay una escalada tremenda y tiene una dificultad media con pendientes fuertes», dice. También se subirá al Chimborazo, en el Ecuador.

Tras una pausa, en agosto, llegarán nuevos retos en septiembre. Uno de ellos es una novedad: el Himlung Himal, de 7.126 metros de altura. «Estudiamos esta cima en algunos trekkings, hablamos con los locales y la hemos incluido en el programa. Está en el Nepal y tiene una dificultad media-baja». El 7 de octubre se acude al campo base nepalí del Everest con subida al Island Peak (6.197 metros). Me encargaré de la expedición y contaremos con guías locales. En el trekking subiremos tres collados de 5.400 metros». Para cerrar el curso se harán varios viajes al Aconcagua. Será desde noviembre hasta febrero y costará 4.000 euros. No hay programado ningún ochomil. «No siempre salen grupos. Es posible que vayamos el año que viene al Cho Oyu», apunta.

Dos son los escollos que deben afrontar los clientes. «El ser humano no está preparado para vivir habitualmente por encima de los 4.500 metros. El cuerpo sufre un desgaste tremendo. Fernando Garrido estuvo dos meses a 7.000 metros en el Aconcagua. Aclimatar requiere un proceso y un tiempo de permanencia». Otro problema es el psicológico. «Verte en la montaña a 7.000 metros puede generar un estrés. Se apoderan los miedos pensando que te va a pasar algo». Garrido reconoce que Aragón Aventura intenta generar riqueza en países más pobres. «Damos trabajo a mucha gente y pagamos lo mejor que podemos. Generamos riqueza y eso nos motiva mucho», concluye.