Muchas veces sucede que es peor la forma que el fondo. La derrota es siempre una posibilidad en el deporte, por eso conviene valorar también cómo se obtienen los resultados que, por norma general, son consecuencia del trabajo y la actitud de un equipo. En el caso del CAI Zaragoza, la imagen ofrecida en las últimas jornadas dista mucho de ser la de un equipo competitivo y comprometido. Las piezas del engranaje han ido desencajándose y, a falta de juego y acierto, apenas se ha visto aparecer el carácter. "Hay que trabajar día a día, bajar el culo en todos los entrenamientos", reclamaba la semana pasada José Luis Abós, al que el domingo, en San Sebastián, se le vio gritar desesperado reclamando mayor intensidad. El cambio de actitud del equipo se antoja esencial.