Gareth Bale rescató el orgullo para apurar sus opciones de titularidad en Kiev, en la final de la Liga de Campeones, e instalar la duda en Zinedine Zidane, liderando con un doblete una plácida goleada (6-0) del Real Madrid ante un Celta desganado que ya piensa en las vacaciones.

Había firmado dos buenos partidos el galés en sus últimas apariciones, ante Leganés y Barcelona, y se destapó animando la fría noche madrileña con sus carreras, verticalidad y pegada. Encontró espacios para explotar su juego de una adelantada defensa viguesa, que fue una amiga por su falta de intensidad. El Celta salió dominando pero al Madrid le costó trece minutos adelantarse al contragolpe. El equipo gallego buscó el empate pero el Madrid fue aumentando su ventaja con tantos de Bale, Isco, Achraf, Sergi Gómez en propia puerta y Kroos. Una goleada para despedir la temporada en el Bernabéu y pensar en Kiev.