En 1983 el baloncesto estaba en plena ebullición. En Zaragoza, la afición vibraba con el Helios Skol mientras se gestaba una asociación que cambiaría el deporte de la canasta en España. Ese año nació la ACB y, de acuerdo con los nuevos tiempos, se cambió también el sistema de competición de la Copa del Rey para disputar toda la fase final en una única sede. Y la Federación eligió Zaragoza. El Huevo acogió una fase final que resultó todo un éxito para el ya CAI Zaragoza, que eliminó en semifinales al Joventut (83-87) y se impuso en la final al Barcelona por 81-78.

El siguiente y último título del cuadro aragonés fue en 1990, en la edición celebrada en Las Palmas, en la que ganó al Joventut por 76-69. Mark Davis anotó 44 puntos en la final, cifra que le valió el trofeo como MVP del torneo y que todavía hoy sigue siendo récord de anotación en la Copa. La temporada siguiente, Zaragoza acogió una nueva fase final, en el recién estrenado Príncipe Felipe, en la que el CAI partía como favorito, pero cayó en las semifinales ante el Estudiantes (76-70), un encuentro de pésimo recuerdo para los aficionados pese a la espléndida actuación de Kevin Magee, que consiguió capturar 21 rebotes, 19 de ellos defensivos, un guarismo que ningún otro jugador ha igualado.

La del 91 fue la última edición celebrada en Zaragoza --antes de la ACB había acogido cuatro finales, en 1942, 1947, 1958 y 1978 y sin presencia aragonesa en ninguna de ellas--, que ahora intentará conseguir una nueva designación como sede, después de que la temporada pasada celebrara la Copa del Príncipe, que acabó en las vitrinas del CAI. Zaragoza no sólo ha sabido organizar el torneo del KO en diferentes versiones y categorías, también tiene experiencia europea. En 1990 y 1995, acogió la Final Four europea, el torneo más prestigioso del continente, en la que nunca ha jugado un equipo aragonés.