Su momento de gloria, ese que planificó con mimo, fue otro momento de sufrimiento para la familia. Jaume Marquet, el espontáneo que le arrojó una bandera del Bar§a a Figo en la final de la Eurocopa entre Portugal y Grecia, pasó la noche del domingo al lunes en comisaria y ayer tuvo que prestar declaración ante el juez. Marquet, de 30 años, fue puesto en libertad, pero deberá comparecer ante un tribunal en una fecha por determinar.

Marquet, apodado Jimmy Jump , cumplió la promesa que hizo, el pasado martes, en el programa Una altra cosa de Andreu Buenafuente de TV-3. En su domicilio particular, en Sant Quirze, esperaban el domingo que apareciera en escena. Los padres sabían que burlaría las medidas de seguridad del Estadio Da Luz, que saltaría al campo. Fueron unos instantes que se hicieron eternos cuando vieron a Jaume en el campo.

Pendiente del juicio por invadir la pista de Montmeló en el último GP de España de F-1, por el que le puede caer una sanción de 60.000 euros, puede ser acusado ahora de haber cometido un crimen por saltar al campo, según afirmó ayer Isabel Canelas, portavoz de la policía portuguesa durante la Eurocopa. "Es un buen chico. No tiene vicios. No bebe, no fuma y no se droga, pero está obsesionado con ser famoso. Sabemos que no está bien lo que hizo, pero no ha cometido ningún crimen. Lo estamos pasando mal", dice su familia.