Los últimos Juegos Olímpicos celebrados en Atenas sellaron de manera brillante la carrera deportiva de Jorge Sánchez. Dos meses después, con la memoria rebosante de recuerdos, el nadador zaragozano ha regresado al lugar donde dio sus primeras brazadas cuando era un niño. En la magnífica piscina cubierta de 50 metros que posee el Stadium Casablanca, Sánchez acumula sus primeras experiencias profesionales como responsable de la sección acuática del club, donde cada día pasa casi 12 horas, e imparte unas lecciones más basadas en sus vivencias como nadador profesional que en sus conocimientos en Magisterio de Educación Física, según él mismo reconoce. Se define "contento" con su vida actual, aunque echa mucho de menos la anterior. "Fueron más de 20 años entrenándome 6 horas diarias, compitiendo...", explica. "Antes incluso de anunciar que me retiraba, tanto la Federación Aragonesa como el Stadium Casablanca me dijeron que querían contar conmigo. Pero es normal que nadie se acuerde de ti cuando las cosas van mal", opina. Uno de los principales objetivos de Sánchez reside en inculcar a sus 120 alumnos de natación, waterpolo y salvamento la disciplina y responsabilidad con la que él se manejó en el deporte. Su fama de exigente se confirma en cada entrenamiento. "No me gusta que la gente se queje porque a nadie se le obliga a venir. Pero si se está, es para trabajar", dice. Enseñar a "acariciar el agua" y cambiar la mentalidad de los chavales --y de sus padres-- son dos de sus metas pendientes: "Ojalá se contemplara la natación para competir y no sólo como forma de diversión".