Hoy es un día decisivo para uno de los clubes más históricos y representativos del pelotón mundial. Los maillots verdiblancos desaparecerán de la serpiente multicolor si el Kelme no presenta los avales necesarios para inscribirse en la Federación Internacional de Ciclismo. La solución está al alcance, la pone sobre la mesa la Comunidad Valenciana, pero de por medio está el sí del presidente del equipo. La figura de Pepe Quiles, hasta ahora patrón del equipo Kelme y dirigente de la firma comercial deportiva con sede en Elche, era anoche el único obstáculo que impedía la salvación definitiva del conjunto ciclista por parte de los responsables deportivos de la Generalitat Valenciana.

El gobierno valenciano estaba dispuesto a avalar el presupuesto del equipo, algo más de tres millones de euros, y hasta hacer el esfuerzo necesario para mantener a Alejandro Valverde, principal valor de futuro del ciclismo español, como jefe de filas. La única duda era saber si Quiles, que hasta ahora tomaba las decisiones y manejaba el presupuesto, respondería al cargo ofrecido. "Quiles deberá ser el presidente honorífico del equipo, lo que significa que será la representación del Kelme en homenajes y actos similares", indicó una fuente de toda solvencia.

EL PAPEL DE BELDA En cambio, sí que existía total acuerdo para que Vicente Belda se convierta en mánager general y primer director del Kelme. La Generalitat también puso ayer como condicionante el nombramiento de un director financiero, dependiente de este organismo para depurar y controlar las cuentas, y la contratación definitiva del corredor Angel Casero, afín al PP. El Kelme, descendido a Segunda División por la Unión Ciclista Internacional (UCI), debe presentar hoy los avales para mantenerse al menos en la categoría inferior. El equipo, que está en quiebra, tiene también deudas con la Seguridad Social y Hacienda.