Atlético hasta la médula pero zaragocista en cuerpo y alma mientras vista la camiseta del equipo aragonés, José María Movilla desea más que nadie jugar el partido de mañana. Gran parte de la afición del Manzanares le añora, regresa a casa, donde quiere demostrar, una vez más, su gran valía a un Gregorio Manzano que prefirió a otros futbolistas para ocupar su puesto y que no puso pega alguna a su salida eventual del club rojiblanco. Para que Movilla cumpla uno de sus sueños, el Real Zaragoza deberá desembolsar 150.000 euros (25 millones de pesetas), según se recoge en el acuerdo de cesión. Alfonso Soláns, el presidente, pagará esa cantidad, pero no está del todo claro que lo haga si a las diez de la noche, hora de inicio del partido, se confirma que el equipo seguirá en Primera División. Los condicionantes que se deben dar son que el Valladolid no gane al Betis en el Ruiz de Lopera y que el Celta caiga en Riazor en dos citas que comienzan a las 20.00 horas.

"Miguel Pardeza me dijo que el presidente le había comunicado que jugaría bajo cualquier circunstancia, pero si el Zaragoza a esas horas está salvado y deciden que no juegue, lo entenderé", asegura Movilla. El centrocampista aparca cualquier tipo de egoísmo y entiende que el club mire por sus intereses económicos. "Hay que valorar muchas cosas, y pagar 25 millones de pesetas porque sí me parece gratuito. Lo tengo que aceptar porque es lógico".

DENTRO DEL EQUIPO Por el momento, el madrileño sólo dispone de información que le hizo llegar el director deportivo. Nadie más del club ni del cuerpo técnico se han manifestado en el sentido de que el futbolista pueda quedarse fuera del equipo en el caso de confirmarse la permanencia en los prolegómenos de la cita del Manzanares. "Yo estoy preparando el partido con Movilla, sólo puedo decir eso", explicó ayer Víctor Muñoz. Ante la posibilidad de que la directiva le sugiera la no alineación del jugador, Víctor Muñoz añadió: "Desconozco cualquier otro planteamiento. Movilla, como el resto, está a mi disposición para el partido del Vicente Calderón".

Podría darse la circunstancia de que Movilla calentara con los titulares y se cayera de la convocatoria. "No sé cuándo me lo comunicarán, pero me imagino que será ya en el césped", comenta el futbolista, quien hace un apunte generoso. "Ojalá que no juegue, porque eso significaría que estamos salvados". Si no es así, el centrocampista será de nuevo el director de juego de sus compañeros, que disputarían un partido bien distinto, por la salvación y, seguramente, a la espera de lo que ocurra en la última jornada, en la que el Bar§a visita el estadio de La Romareda.

MANZANO NO PIENSA EN EL Gregorio Manzano, un entrenador con quien Movilla nunca ha sintonizado en exceso ni en lo deportivo ni en lo personal, advirtió que el encuentro de mañana frente al Real Zaragoza lo va a plantear igual "con o sin Movilla", ante la posibilidad de que el mediocentro juegue en el Vicente Calderón. Para el entrenador rojiblanco, el equipo que entrena Víctor Muñoz tampoco variará demasiado su planteamiento si actúa finalmente el centrocampista, ya que "será muy difícil" que lo haga "a las diez menos cinco de la noche, con las alineaciones ya dadas".