A Víctor le preguntaron ayer por la salud de Villa y dijo que en Soria juega el Real Zaragoza, no Villa. No se sabe a ciencia cierta si el entrenador quiso salir en defensa de la importancia del grupo, tan sensible cuando se individualiza con algún muchacho, o es que anunció de forma subliminal que el delantero se quedará en el banquillo. Se antoja que las dos posibilidades van de la mano. El 9 , recuperado por fin de la microrrotura fibrilar y de la posterior sobrecarga que sufrió en los isquiotibiales y que le han impedido estar en los dos últimos encuentros frente el Valencia y el Mallorca, ha estado pachucho estos últimos días por una gastroenteritis. Nada importante, pero quizá lo suficiente como para que Víctor prefiera reservarlo para recibir el miércoles al Dnipro en la UEFA o para una situación de emergencia hoy en Los Pajaritos. Es muy posible que el técnico alinee el mismo once que perdió el pasado domingo por primera vez en La Romareda para ganar en Soria, el único objetivo que se persigue frente a un rival que tiene rango de Segunda División pero al que es recomendable respetarlo como si acabara de conquistar la Intercontinental.

Europa tiene mucho que ver en la decisión final de Víctor si opta por proteger al goleador de un esfuerzo después de tres semanas de inactividad competitiva y de un poco ortodoxo periodo de puesta a punto. El triunfo de los ucranianos sobre el Austria Viena obliga al Real Zaragoza a derrotarles el miércoles y a hacer lo propio en Brujas el día 16 para ser primero de grupo. En el caso de que se dé otro resultado distinto ante el Dnipro, en Brujas se estaría jugando incluso el pase a la siguiente ronda. Para ambos compromisos Víctor quiere que esté Villa al cien por cien, sobre todo para el primero y más inmediato. Está muy claro que la salud del Real Zaragoza va ligada a la del asturiano: desde que está en la enfermería, el equipo aragonés no ha marcado un tanto. El técnico, en el fondo y en la superficie, sabe perfectamente que el Guaje es una joya aunque le moleste que le pregunte por su valor y apele a que la buena bisutería también merece aprecio, algo que nadie le discute.

MUY COMPLICADO La cuestión es que este derbi de proximidad, donde antes del partido confraternizarán las aficiones por las calles de Soria para después llenar el estadio, es de los fáciles; es decir de los sumamente complicados para el Real Zaragoza. Si se mira la plantilla del Numancia, se encuentran pocas razones para sospechar que el único papel en el que encaja es el de víctima. Tiene muchos futbolistas sin experiencia en la élite y los que han estado en contacto con ella o ha sido de refilón o en clubs modestos. Lee Chun Soo puede presumir de haber eliminado a España de un Mundial, y Merino, por ejemplo, de haber militado en el Nottingham y en forma más breve en el Athletic. Graff fue de los clásicos del Rayo, como Pablo Sanz. Con el menor presupuesto de Primera y ya una destitución a sus espaldas, la de Francisco, el Numancia está descolgado en el vagón del descenso con tan sólo dos triunfos en casa: uno frente al Getafe (1-0) y otro con el Sevilla (2-1). Es el que menos goles ha marcado (6) y el que más ha recibido (21).

No es el Real Zaragoza un equipo que deba fijarse en las estadísticas. Si tuviera que hacerlo, le entraría una depresión nada más saltar al césped, porque el par de veces que se ha medido a los últimos, Racing y Mallorca, se ha visto superado por ellos. Y no ha ganado nunca lejos de su campo, donde aún se desconoce cuál es su auténtica versión. Bueno, la mejor en teoría es con Villa en el campo sin olvidar a ese ilusionista que responde al nombre de Savio. Si Víctor descarta al ariete para la cita continental, del brasileño y del resto dependerá lograr o no el primer triunfo de la temporada a domicilio. Conviene que se así en este duelo de cercanías que tiene mucho de tramposo por la necesidad de los sorianos y por bajonazo de tensión que sufre el Real Zaragoza cuando se le tiran al cuello.