Colombia goza de alegría porque el domingo el más ilustre de sus ciclistas, Nairo Quintana, se coronará como vencedor del Giro, con una sola declinación, en el país donde se creó el latín, 'rosa, rosae', un sueño, una vida, una victoria, todo en el mejor color rosa que un corredor pueda soñar en Italia. Victoria en la Cima Grappa, triunfo que lo refuerza al frente de la general. Todos a más de tres minutos, tranquilidad absoluta para afrontar mañana la cuesta sin fin del Zoncolan, donde controlará, si quiere, donde atacará, si tiene ganas, donde distribuirá la suerte, sí así lo desea.

Italia está feliz, casi tanto como Colombia aunque saben que el domingo no ganarán el Giro. Pero les da igual. Les da lo mismo porque en esta carrera en rosa, la suya, han confirmado lo que apuntaban los datos. Tienen futuro. Un gran futuro. Un futuro de 23 años que se llama Fabio Aru, el único que en la cronoescalada ha sido capaz de rodar en los tiempos de Quintana, hasta casi hacerle temer por la victoria. A tan solo 17 segundos se quedó de la 'maglia rosa'. El resto de mortales a más de un minuto.

Los 'tifosi' que adoran el ciclismo han visto que tras los pasos de Vincenzo Nibali, vencedor del Giro hace un año y ausente en esta edición porque se prepara para el Tour, hay hierba alta y verde. Un ciclista de 23 años, aún más joven que Nairo, que realiza una contrarreloj como la conseguida en la Cima Grappa, no será flor de un día. Corre en el mismo equipo que Nibali, de hecho fue su mejor gregario hace un año en el triunfo de 'El Tiburón', aunque el Astana deberá administrar en el futuro la competencia entre ambos corredores.

Un Giro en el que, evidentemente, se nota la ausencia del relevo en el ciclismo español, aunque en esta carrera, a diferencia de otros años, los corredores jóvenes españoles, no excesivamente bien protegidos y con dificultades de futuro, no han acudido a la prueba y los que lo han hecho (Izagirre o Herrada) lo han hecho como gregarios de Quintana, una carrera que, con la excepción de Quintana, ya confirmado en el Tour del año pasado, se podría denominar algo así como un Giro del Porvenir, ya que las estrellas veteranas de este deporte están todas concentradas en la 'grande boucle'.