En Casetas siempre ha habido una gran afición al balonmano. Anabel Mateo es un producto del filón del barrio zaragozano. A esta chica alta, delgada, agradable y simpática, siempre le gustó jugar con los chicos. Desde pequeñita le daba patadas al balón con el equipo de su colegio, el Martínez Garay. "No me importaba jugar con los chicos".

Después se pasó al balonmano, Era la única niña entre un grupo de benjamines. "Pensaba que habría equipo de chicas, pero no se apuntó nadie. Se me daba bien el balonmano. Era la más destacada del equipo". La zaragozana era lateral. Jugó con niños durante cinco años y eso le vino bien cuando fichó por el conjunto femenino de La Almozara. "No se notaba la diferencia física. Pero hay que ser lista. Eso es lo que vale. Y soy muy rápida", afirma la zaragozana. Con La Almozara logró su primer título de Aragón. Siendo cadete pasó a jugar al Casablanca. Allí tuvo grandes recuerdos. Conquistó el bronce en el Nacional cadete de Cádiz. ". Teníamos un equipazo. Es una gran generación. Ahora sigo en Rótulos con Isabel Villarroya", dice.

Desde hace dos años juega en el Rótulos Plasneón de Primera y ha sido llamada por la selección española júnior. En el Rótulos juega de extremo y lateral. No le gusta nada jugar en la segunda línea. "La Federación Española comentó a mi entrenador que quiere que juegue de extremo. Los puestos de lateral están cubiertos. Ahora se ha lesionado Emma Delgado, el extremo de Rótulos, y ya me han adjudicado el puesto de extremo. He cogido varios rebotes porque en el extremo toco poco el balón". El primer año con el Rótulos Mateo jugó bastantes minutos. "Y en algunos partidos fui titular". Confiesa que "teníamos pocas jugadas. A los extremos pocos balones les llegaban...", explica.

Este año el Rótulos espera mejorar la sexta posición del año pasado. "Lo más importante es mantenernos. Ascender es complicado y este año jugamos en un grupo más difícil. Hay equipos más duros de Cataluña, Navarra y Levante".

Mateo es una aficionada, aunque ha llegado a entrenarse este verano cinco días a la semana. "Esto lo hago porque me gusta. Pero si me dan dinero, mejor que mejor. Si no me lo dan, seguiría jugando". El Rótulos arrastra poca afición. Nada que ver con el CAI Aragón. "Nos van a ver un centenar de personas. Está casi vacía La Granja. No se por qué. Será porque les aburre". El balonmano femenino aragonés está flojo hace muchos años. "No se porque no se apuntan las chicas al balonmano. Igual les gustan otros deportes más femeninos", explica la jugadora aragonesa.

Los estudios

Ahora estudia Segundo de Bachillerato en Casetas. "Por la mañana voy a clase. Los entrenamientos son a las nueve de la noche en La Granja. No me ducho para poder pillar el casetero a las once", indica.

Zaragozista de corazón, Mateo es una obsesa del deporte. De cara al futuro, quiere estudiar INEF para ser profesora de Educación Física. "Me gusta el deporte a muerte", afirma. No renuncia a ser una gran jugadora de balonmano. "Me gustaría jugar en un equipo de la Liga ABF. Para eso hay que trabajar mucho y ser muy constante. Este año me han llamado del Itxako para jugar en Primera con el Loyola. Pero prefería terminar el Bachiller". Está a punto de cumplir los 19 años. "Me gustaría vivir de este deporte. Estaría de cine ganar dinero por hacer una cosa que te gusta. Pero me conformo con lo que tengo", dice. Su gran sueño sería disputar unos Juegos. "No se si será posible. Si sigo con la Federación Española, en algún momento puede ser que llegue mi sueño".

Una de sus especialidades es la de jugar de avanzada en la defensa 5-1. "Es lo que mejor hago y juego muy concentrada. También me gusta salir al contragolpe y meter gol". En un partido muy importante Mateo es una mujer templada. "No me acojono. Salgo al campo a darlo todo", afirma. El año que viene será absoluta. "Ahora tengo que hacer pesas. No me hace mucha gracia. Pero es lo que toca", concluye.