Un penalti transformado por Lionel Messi, a un cuarto de hora para el final, dio la victoria al Barcelona (0-1) en el derbi contra el Espanyol. Fue un partido intenso, disputado y polémico, con una primera mitad especialmente movida, jugada a ritmo de vértigo, con ocasiones claras para ambos equipos, un gol fantasma de Colotto e incluso un clarísimo penalti de Mascherano a Javi López no señalado por Clos Gómez.

Empezó mejor el Barça, que rápidamente se hizo con el mando, marcando los tiempos merced al claro dominio del esférico. En la partitura del conjunto azulgrana, Messi volvía a tener un protagonismo capital. El crack de Rosario pudo batir al portero españolista en un cabezazo que salió por encima del travesaño y habilitó a un voluntarioso pero poco inspirado Neymar, con el punto de mira desviado ante Casilla. La acción polémica de la primera parte fue un penalti de Mascherano no señalado por Clos Gómez.

En la segunda, Messi avisó el primero y Piqué remató al travesaño a la salida de un córner antes de que Clos señalara, esta vez sí, penalti por manos de Javi López, en una jugada en la que previamente pareció que el balón dio en el brazo de Neymar. Un penalti, otro triunfo.