El Real Zaragoza sumó un punto en Tenerife sin merecerlo, un empate que llegó gracias a un cabezazo de Arzo en su regreso y a una desafortunada salida de Roberto, el portero local. Por el camino, el conjunto de Paco Herrera, que sigue apostando por alineaciones estériles para ganar, pudo recibir suficientes goles como para hablar de una derrota humillante. El resultado no es ni siquiera un premio del destino, sino consecuencia de un error humano, el del guardameta del conjunto canario.

Las conclusiones pueden ser tan negativas como si se hubiera perdido. Un entrenador emparedado entre la presión administrativa y sus limitaciones para darle un giro sincero a la alineación, y un grupo de futbolistas sujetos a los miedos del técnico y a sus innumerables limitaciones como profesionales. El Tenerife, un recién ascendido que practica un fútbol alegre, carnavalesco y poco más, fue por momentos un torbellino. Se aplicó com lo hacen todos los adversarios del Real Zaragoza: apuntó a las zonas desprotegidas y disparó a su corazón.

Toda la categoría sabe que el costado de Diego Rico es una invitación para llegar por la vía rápida al área de Leo Franco. Pues bombardeo a la trinchera del lateral. Todo el mundo conoce que Luis García, quien se marchó lesionado, hace tiempo que cruzó el ocaso físico. Pues presión sobre él y robos de balón a placer. Y Laguardia de los nervios, y Cidoncha y Paglialunga sin tejer ni un calcetín de bebé... Herrera no ve o no quiere ver algo tan obvio, por lo que da ventajas con alineaciones sin ningún tipo de consistencia.

De nuevo Leo Franco se erigió en el mejor con diferencia. Se dejó fusilar en la primera parte para evitar el gol cuando llegaba el descanso y tuvo tres intervenciones en la recta final que impidieron que la vergüenza se sostuviera sobre el trabajado pedestal de la derrota. Con otro portero, el Real Zaragoza estaría contando el rosario del descenso. Desde luego no disfrutaría de esas posiciones de privilegio clasificatorio de las que se va a descolgar más pronto que tarde.

Suso le hizo la vida imposible a Rico como otros extremos o sucedáneos en bastantes partidos. Le han tomado todas las medidas posibles la lateral, incluso las del ataúd. Por su lado vino la asistencia del gol de cabeza Juanjo, a quien Laguardia dejó amablemente rematar. Víctor desatendió el espacio aéreo, el marcaje y todos los canones que debe respetar un defensor. Demasiado fácil para el Tenerife, dominador porque el Real Zaragoza entrega las llaves de los partidos antes de escuchar el primer cañonazo, le ataque un veterano y bien armado enemigo o la Guardia Suiza.

Los desequilibrios físicos y tácticos provocados por Herrera recibieron el castigo que merecían. Se quedó en un gol porque los canarios, salvo Ayoze, responden a un equipo muy normal, animoso pero con aceleraciones propias de a quien no le sobran exquisiteces en la finalización. Lesionado Luis García en una clara ocasión para marcar, el entrenador sacó del cajón a Henríquez, que poco pudo hacer para mejorar el ataque, y a Tarsi y Diego Suárez, que tampoco aportaron nada importante al encuentro.

Con Arzo no se pierde, debió decirse el central a sí mismo cuando saltó a por un balón. Roberto midió mal la salida y le dio la razón al defensa. Peinó lo justo para marcar en una acción que parecía intrascendente, para arrancar un punto bajo la lluvia. El Tenerife se negó a aceptar esa desgracia y acorraló en los minutos finales a un Real Zaragoza patético, superado por todos los flancos. Pero allí estaba Leo Franco para pararlo todo, para jugar de libre... Quien sabe si, en el futuro, Herrera le pondrá también a organizar el centro del campo en las horas extra. Total, el argentino es el mejor en un equipo a la deriva que ha logrado un punto (ridículo) y un gol (afortunado) en sus últimos tres encuentros.

1. CD Tenerife: Roberto; Moyano, Bruno, Carlos Ruiz, Raúl Cámara; Suso, Aitor Sanz, Ricardo, Cristo Martín (Édgar, min 83); Juanjo (Aridane, min. 70) y Ayoze.

1. Real Zaragoza: Leo Franco, Fernández, César Arzo, Laguardia, Rico; Paglialunga (Tarsi, min. 70), Cidoncha, Luis García (Angelo, min. 56), Víctor Rodríguez (Diego Suárez, min. 79); Montañés y Roger.

Goles: 1-0. Min. 22: Juanjo; y 1-1. Min. 84: César Arzo.

Árbitro: Daniel Ocón Arraiz (Comité Territorial Riojano). Amonestó a los jugadores visitantes Rico y César Arzo.

Incidencias: Encuentro disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López ante 7.180 espectadores.