En varias de las plazas más emblemáticas de Lisboa, como la Praça do Comércio, frente a la orilla del Tajo, o la Praça Luis de Camoes, en pleno barrio alto, lucen estos días grandes carteles promocionales de la feria de pymes e innovación tecnológica más importante del mundo: el Web Summit. Alrededor de 80.000 visitantes, más de 500 empresas y tres jornadas completas de charlas y encuentros empresariales llenan del 5 al 8 de noviembre la capital portuguesa.

El presidente de Microsoft, Brad Smith, el director de producción de Netflix, Greg Peters, o uno de los creadores de la World Wide Web Tim Berners-Lee son algunas de las caras más conocidas de este congreso, que cuenta con la nutrida presencia de 90 'start-ups' españolas, 23 de ellas con sede en Barcelona. La compañía de reparto a domicilio Glovo es la más mediática entre estas, impulsando su presencia internacional en una ciudad donde las mochilas más frecuentes en la parte de atrás de las motocicletas -las muchas cuestas de la capital portuguesa hacen exigente el reparto en bici- son de Uber Eats.

CONGRESO HASTA EL 2028

Lisboa inauguró el lunes su tercera edición del Web Summit con una buena noticia por parte de la organización: habra congreso hasta el 2028. Así lo manifestó públicamente uno de los cofundadores del evento Paddy Cosgrave. "Este va a ser nuestro hogar por 10 años", se comprometió frente al alcalde de la ciudad, Francisco Medina. Este le recogió el guante y valoró la importancia estratégica del evento, afirmando que, durante estos primeros días de noviembre, Lisboa se convierte en la "capital del mundo".

Voluntad de innovación empresarial y tecnología van de la mano en este certamen, donde cohabitan por unos días proyectos de muy diferente calado. Live K, de Seongnam (Corea del sur), organizan exposiciones de arte virtual cambiante, es decir, proyecta las obras a través de hologramas que van rotando y cuyos detalles el usuario puede guardar a través de un código QR. Otros, como Peer2Beer, de Sao Paulo (Brasil), han creado una red social y empresarial que une a productores de cerveza artesana locales tanto entre ellos, para compartir costes y conocimiento, como con posibles clientes.

El foco mediático que el congreso posa sobre la ciudad no llega exento del 'atrezzo' que acompaña este tipo de eventos. El mismo día de la inauguración las autoridades lisboetas alcanzaron un acuerdo 'in extremis' con el sindicato de trabajadores de transportes que evitó una huelga de metro durante la semana. Otros colectivos, como los profesionales de la enseñanza o la policia, aprovecharon el altavoz indirecto que el Web Summit les presta para visibilizar sus reivindicaciones laborales a las puertas del congreso. Ante la presencia del primer ministro portugués, el socialista Antonio Costa, exigieron mayores presupuestos para sus departamentos, entregando octavillas en varios idiomas a los asistentes.