La Comisión Europea propuso ayer introducir a partir de enero fuertes restricciones en la pesca de la merluza, la anchoa, la cigala, el rape, la caballa y el gallo en las aguas de la península ibérica para permitir la recuperación de esas especies. El nuevo comisario de Pesca, Joe Borg, aseguró que las medidas propuestas intentan ser "más realistas y aceptables" para los pescadores que los planteamientos maximalistas en el pasado el Ejecutivo comunitario.

La propuesta implica, en primer lugar, reducir en un 10% las jornadas de pesca mensuales de la flota española que captura merluza, cigala, rape y gallo en los caladeros del mar Cantábrico, Galicia, la costa de Portugal y el golfo de Cádiz. El número máximo de jornadas de pesca quedaría limitado a 20 días al mes, en lugar de los 22 días actuales.

La Comisión quiere, en segundo lugar, establecer cinco zonas de veda total para las capturas de cigalas durante el 2005: Cantabria, Asturias, las rías bajas de Galicia, el sur de Lisboa y el Algarve portugués, porque la situación de la especie en esos caladeros está "muy mal". Por el contrario, se suavizará la prohibición actual en el golfo de Cádiz.

La reducción de capturas más importante se centra en la anchoa del golfo de Vizcaya, cuya cuota máxima se recorta en un 85% y se limitada a 5.000 toneladas. Las capturas máximas en aguas ibéricas de gallo se reducen el 28%; las de rape, el 20% y las de caballa, el 23%. En la merluza del sur, la Comisión optó por limitar las capturas mediante la reducción de días de faena. En compensación, el comisario propuso aumentar un 9% las capturas máximas de la merluza del norte, porque su situación es "menos dramática".

La propuesta será discutida por los 25 estados miembros durante el Consejo de Ministros de Pesca de la UE del 21 de diciembre, donde se fijarán las restricciones definitivas.