Cinco años después del cierre del secadero de embutidos Sadisa en La Mata de los Olmos, que supuso la pérdida de 34 empleos, el asunto seguía coleando en los tribunales por las deudas de los empresarios. La Fiscalía acusaba a los dos gerentes (Magi Sala y José Comamala) de provocar un alzamiento de bienes que impidió que la firma pudiese seguir produciendo para hacer frente así a los acreedores.

La Audiencia Provincial condenó ayer a Comamala a una pena de dos años y multa de 18 meses por un delito de insolvencia punible, mientras que Sala quedó absuelto.