La renta per cápita española alcanzó en el 2003 el 87% de la media comunitaria, nivel máximo al que se ha llegado después de haber recortado en algo más de 27 puntos la diferencia que separaba a los españoles del conjunto de ciudadanos comunitarios hace cuatro décadas. Según datos de la Comisión Europea (CE), en 1960 la renta per cápita en España equivalía al 59,5% de la media de la Unión Europea (UE). Ese porcentaje fue aumentando paulatinamente hasta el 74% alcanzado en 1969.

Es decir, sólo en una década, la de los años 60, la renta por habitante recortó su diferencia con la comunitaria en 14,5 puntos, la mitad de la diferencia compensada en 40 años.

En 1970 se quebró la trayectoria en el proceso de convergencia real, ya que hubo un retroceso de siete décimas, hasta el 73,3%. Tras ese paréntesis, en los siguientes cinco años la riqueza española volvió a avanzar posiciones en comparación con la media de la UE, lo que permitió terminar el ejercicio de 1975 en el 79,9% de la media.

De 1977 a 1985 se produjo un nuevo alejamiento, hasta el 71,5%. Pero esa tendencia se invirtió nuevamente en 1986, con la integración española en la UE. La ampliación comunitaria a 25 países provocará que España sobrepase la media de la UE.