El Fondo Monetario Internacional (FMI) está preocupado por los primeros pasos de la Comisión del Pacto de Toledo en la reforma de las pensiones. Según sus cálculos, el acuerdo político para revalorizar las pensiones de acuerdo con el índice de precios de consumo (IPC) añadirá entre tres y cuatro puntos de PIB (hasta 44.000 millones actuales) al gasto de las pensiones de aquí al 2050 y, en su opinión, «un aumento de tal magnitud en el gasto estructural ha de verse contrarrestado por otras medidas estructurales».

«Esta media por sí sola haría que todo el sistema de pensiones se pusiera en peligro», afirmó ayer en rueda de prensa la jefa de la Misión del FMI sobre España, Andrea Schaechter. Por eso recomendó que la reforma del sistema se aborde de forma «integral», tomando en cuenta los ingresos y los gastos.

En el informe emitido ayer por el FMI sobre la economía española se considera que las reformas del sistema público de pensiones adoptadas en el 2011 y el 2013 por los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y de Mariano Rajoy fueron «apropiadas» desde el punto de vista financiero para aliviar la presión sobre el sistema de pensiones, si bien sus consecuencias, en forma de reducción de las prestaciones, «han puesto en tela de juicio la aceptabilidad social de las reformas», por lo que se impone la necesidad de revisar el sistema.

El FMI subraya que «hace falta un paquete de medidas en materia de pensiones que sea sostenible e integral para aliviar las tensiones que aquejan al sistema». Y se apunta que los efectos financieros de una actualización de las pensiones con el IPC deberán ser compensados por medidas como elevar la cotización mínima de los trabajadores autónomos, subir el tope máximo de cotización de los salarios o retrasar la edad de jubilación en línea con la mayor esperanza de vida.

«A menos que exista una correspondencia plena entre el aumento de ingresos y el gasto adicional previsto, no podrá evitarse una futura reducción de las pensiones, aunque sea moderada», se advierte.

Tras concluir su revisión anual, la responsable de la misión del FMI para España, la alemana Andrea Schaechter, anunció que en su próximo informe mundial se incluirá una previsión de crecimiento del PIB español del 2,7%, una décima menos de lo previsto debido al debilitamiento de las exportaciones y de la demanda interna, aunque mantiene el 2,2% para 2019.

«Es necesario reconstituir los colchones fiscales, que quedaron agotados durante la crisis», dice el FMI al demandar seguir avanzando en la reducción del déficit y de la deuda. En este sentido, el organismo considera «crucial y apropiado» cumplir el objetivo de déficit del 1,8% del PIB que el Gobierno plantea para el 2019, en contra del criterio de PP y Ciudadanos.

El organismo internacional acepta que la senda de subidas de impuestos por la que ha optado el Gobierno de Pedro Sánchez «puede contribuir a un ajuste fiscal sostenido a medio plazo», pero reclama «prudencia» a la hora de estimar su impacto recaudatorio. Schaechter se refirió al «gran potencial» recaudatorio que tiene España dentro del IVA, por la vía de llevar al tipo general del impuestos algunos de los bienes que gozan de un tipo reducido.

En relación al mercado de trabajo, para el FMI «resulta crucial preservar el espíritu de las reformas» y cita en particular «la prevalencia de los convenios colectivos de empresa sobre los sectoriales», en contra del criterio que defiende el equipo de Sánchez. Para actuar contra la «arraigada dualidad» del mercado laboral, el FMI plantea «aumentar el atractivo de los contratos indefinidos». Mejorar las políticas activas de empleo e introducir incentivos para favorecer la movilidad geográfica de los trabajadores son otras propuestas del Fondo.