Casi la mitad del volumen de negocio que mueven las empresas aragonesas lo aporta el sector de la industria y la energía (49,5%), aunque su porcentaje en el total de compañías sólo representa el 24,6%. Los servicios, por su parte, que ya alcanzan el 57,7% de la estructura empresarial en la comunidad, aportan una facturación que llega al 42,7% del volumen global. Construcción, con un 15,2% de representación empresarial suma un volumen de negocio en torno al 6% y la agricultura, cuyas firmas sólo inciden en la estructura productiva con un 2,6%, no supera el 1,4% de la facturación global de los sectores.

Estos son algunos datos que refleja el Análisis de estados contables de las empresas aragonesas , elaborado por Caja Inmaculada en colaboración con el Instituto Aragonés de Estadística a partir de la información originaria recogida en los Registros Mercantiles de Aragón y con los datos del año 2001, aunque se incluye el avance del 2002, que no establece diferencias significativas. Las empresas españolas están obligadas desde 1990 a depositar sus cuentas anuales en los registros mercantiles, desde las anónimas a anónimas laborales, de responsabilidad limitada o comanditarias por acciones. "El ámbito del estudio son las sociedades no financieras, obligadas a presentar sus cuentas en los registros mercantiles", señalan los autores. Un total de 23.777 empresas depositaron sus cuentas en Aragón, de ellas, el estudio ha analizado 12.193 (un 51,3%). La mayoría (9.434 limitadas), 2.502 anónimas y 257 de otros.

Según el estudio, las principales conclusiones muestran "la fuerte presencia de las pequeñas y medianas empresas (99,1%) del total analizado en el tejido empresarial aragonés, que generan el 60% del volumen de negocio total". También se evidencia la importancia del sector servicios en presencia y volumen de negocio y se detecta "la escasa presencia de grandes empresas en los sectores agrícola y de construcción".

EFICIENCIA El estudio concluye que "las empresas analizadas muestran una alta eficiencia económica, como pone de manifiesto las cifras de valor añadido bruto por unidad de venta, lo que es indicador de una buena gestión". Esa eficiencia en relación con la rentabilidad, depende de la actividad, tamaño empresarial y estructura de costes. En general, las empresas --se afirma--, están bien financiadas, presentando una garantía frente a terceros moderada-alta y un endeudamiento moderado-bajo. Las amortizaciones, relativamente independientes del tamaño, se sitúan en torno al 3%. por tamaños, las empresas más capitalizadas son las grandes.

Considerando el total de los sectores, el volumen neto de la cifra de negocios varía entre el millón de euros de las pequeñas empresas, los 13 millones de las medianas y los 123 de las grandes. El valor añadido bruto que se reparte entre personal, entidades financieras, Hacienda Pública o accionistas resulta más elevado a menor tamaño de la empresas; así las pymes están por encima del 20% (25,8% en las pequeñas) de la cifra de negocio, mientras que en las grandes se sitúa en un 16%. Los porcentajes de gastos de personal también se observa que son más destacados en la pequeña empresa que en las medianas y grandes, con 17,4%, 11,7% y 12,3%, respectivamente. Tomando como referencia los beneficios del ejercicio, las medianas empresas son las que obtienen mejores ratios, con un 4,6% respecto a la cifra de negocio, un porcentaje que se reduce al 3,1% en las pequeñas y al 1% en las grandes.

La estructura de balance de las pymes es similar, mientras las grandes muestran se diferencias. Así, en cuanto al inmovilizado (el conjunto de elementos patrimoniales cuya permanencia será superior al ejercicio contable) en las pymes representa el 38%, mientras que las grandes destinan el 52% de su activo. La financiación a corto es la partida que más peso tiene en el pasivo de todos los grupos de empresas.