El Banco Popular "pretende mantener su independencia" y el modelo de gestión, a pesar de la marcha de Luis Valls Taberner, tal y como manifestó ayer el nuevo presidente ejecutivo, Angel Ron. Durante hora y media, en su puesta de largo ante la prensa, Ron rechazó que con la marcha de Valls, que pilotó el banco durante más de 40 años, vaya a producirse una situación de "debilidad institucional". Los accionistas de referencia, Allianz (9,4%) y Américo Amorím (5%) fueron informados de los cambios y la reacción fue acogida "muy bien y sin fisuras".

El Popular mantendrá su modelo de crecimiento y gestión, sin renunciar a compras --"aquí no se compra por comprar y se harán adquisiciones selectivas, si hay oportunidad"-- pero apostando por el crecimiento orgánico. Un modelo que ha llevado "a crecer durante 19 trimestres consecutivos por encima de dos dígitos", repetía con orgullo Ron.

Ante la supuesta relación del banco con el Opus Dei dijo que "el Opus Dei no influye para nada en la gestión de este banco; desconozco que haya influido en el pasado y no sé si es cliente". En los nueve primeros meses del año, el banco obtuvo un beneficio de 586 millones de euros, un 12% más que el año pasado.