Los seis grandes bancos ya tienen prácticamente cerrados los honorarios que pagarán a las dos firmas que gestionarán Fénix, la sociedad donde las entidades financieras concentrarán sus participaciones accionariales en empresas viables pero cuya deuda insostenible van a reestructurar. Salvo cambio de última hora, el banco de inversión N+1 y la consultora McKinsey percibirán una cantidad fija anual de un millón de euros, a repartir entre los dos.

Además, cobrarán una cantidad al recibir y analizar las empresas. Por la primera serán medio millón de euros, por la segunda 400.000, por la tercera 300.000, y a partir de ahí 200.000 por cada nueva compañía. Asimismo, cuando los bancos vendan su participación en dichas empresas, los gestores se embolsarán el 20% de las plusvalías que se obtengan por la transacción.

El proyecto --cuyos últimos detalles están cerrando los bancos, como adelantó EL PERIÓDICO-- se basará en dos firmas. Por un lado estará Fénix Sociedad Limitada, participada por Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell y Popular. Las entidades le aportarán de entrada 1,6 millones de euros, además de la participación en las empresas que reciban al canjear parte de su deuda por acciones para reflotarlas. De forma paralela, N+1 y McKinsey crearán una sociedad gestora que se ocupará de llevar Fénix.

VÁLVULAS ARCO SE CAE

Las primeras empresas que entrarán en la nueva firma serán GAM, Bodegas Chivite, Comdesa y Ros Casares. Finalmente, todo parece indicar que la firma valenciana Válvulas Arco se va a caer de la lista, pese a que los bancos querían incluirla.

Sus propietarios se han negado en rotundo y para evitarlo se han aliado con el fondo Abac. Esta firma de capital riesgo va a pasar a controlar la empresa, aunque los actuales dueños mantendrán una posición amplia en el capital.

En la práctica, se ha diseñado una especie de Fénix ad hoc para la compañía. Su deuda, de 93 millones, se va a repartir de la siguiente manera: unos 30 millones de euros los va a poner Abac, otros 40 millones los van a cancelar los bancos quedándose inmuebles que la firma había puesto como garantía de los préstamos, y otros 20 millones son un crédito participativo de las entidades financieras que, en caso de impago, se convertirán en acciones de Arco equivalentes al 12% del capital.

Aunque no hay una quita o condonación de deuda como tal, si está implícita en las condiciones pactadas. Los inmuebles se van a recibir a un 50% de su valoración inicial, con lo que al venderlos aflorará posiblemente una minusvalía. Además, si finalmente las entidades reciben el 12% del capital de la empresas, también es muy probable que suponga una pérdida.

El caso de Válvulas Arco ha corrido el riesgo de convertirse en un ejemplo de un problema que los bancos aseguran encontrarse: la dificultad de los gestores para aceptar su fracaso empresarial, que a veces les lleva a provocar la ruina de la firma antes de ceder su control.