Ni en el Gobierno ni en sus aledaños hay unanimidad sobre cómo lograr que los presidentes de las empresas privatizadas por el PP se vayan con el menor escándalo posible.

En Industria hay teorías diferentes de lo que desearía Pedro Solbes. "Montilla es un político menos sensibilizado con los mercados internacionales y cosas por el estilo. No ve con malos ojos que Carlos Solchaga y Claudio Aranzadi entren en el consejo de Telefónica este otoño. Es un ejemplo. Pero a Solbes y a otros miembros del Gobierno les produce pudor que Solchaga pueda ser presidente de Telefónica", explica un fontanero vinculado a La Moncloa. Telefónica y Repsol son clientes del despacho de asesoría dirigido por José Recio y Carlos Solchaga, donde también trabaja Claudio Aranzadi.

Otra de las estrategias es el modelo de Aznar con su excompañero de pupitre, Juan Villalonga. Este fue desalojado de la presidencia de Telefónica con el apoyo del núcleo duro del consejo de administración, La Caixa y BBVA. Estas dos instituciones están presentes en los consejos de Repsol y Telefónica. Existen escasas dudas sobre la colaboración de la caja catalana con el Gobierno socialista. Otra cuestión es la actitud del BBVA, con Francisco González al frente. ¿Colaborará González en el desalojo de las presidencias? En el caso de Repsol, es posible. Las relaciones con Alfonso Cortina quedaron deterioradas por el escándalo de las cuentas secretas de Jersey.

En Telefónica y de Endesa es más complicado. "Alierta y Pizarro son muy amigos de Paco . Además, ¿qué dirían los accionistas?", se pregunta un empresario, amigo de Pizarro y de González. "Lo que dijeron con Villalonga. Nada. Unos días de escándalo y punto", recuerda un directivo de análisis financiero.

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