Podemos-Equo empezó fuerte su acto central de campaña. La canción de Queen Don´t stop me now sonaba a tope en un centro cívico abarrotado -el de Universidad, donde la sala es de dimensiones coquetas- en el que ondearon varias banderas moradas y en el que el cántico de Sí se puede se escuchó varias veces en boca de un público militante entregado, aparentemente esperanzado y bastante ilusionado por, esta vez sí, llegar al Gobierno para ofrecer una alternativa de «futuro». Pero ni esta salida triunfal de sus candidatos al escenario pudo ocultar las ausencias. Ni rastro de Pablo Iglesias. Ni rastro de Irene Montero. Y ni rastro del diputado en el Congreso por Zaragoza, Pablo Echenique.

El mitin central de la formación morada no fue atípico solo porque no tuvo el respaldo de ningún líder nacional, ni por haber tenido a Fernando Rivarés como showman o maestro de ceremonias, sino porque antes de que los aspirantes a conquistar la instituciones insuflaran de optimismo a los asistentes, éstos pudieron disfrutar de una serie de espectáculos muy reivindicativos y transgresores que amenizaron una mañana política más divertida de lo que acostumbran estos eventos.

La candidata a la Presidencia de la comunidad, Maru Díaz, recibió tantos aplausos que llegó a «sonrojarse». «Aragón quiere pueblos vivos, más democracia, más feminismo, más derechos y libertades y empleos dignos» aseguró. Y esto es lo que propone conseguir la formación morada porque, dijo, «es posible». Para que esto suceda es necesario que «aquellos que han traído los problemas den un paso atrás y dejen entrar a gente nueva», es decir, a Podemos-Equo.

FUTURO

Según Díaz, a la «gente corriente» le han robado «el derecho a pensar en el futuro» y una sociedad que no piensa a largo plazo está «abocada a morir», aseguró. A su juicio, el socialista Javier Lambán no está capacitado para ofrecer una esperanza porque su «única expectativa de Gobierno es volver a los 80». Entre propósitos que enumeró Díaz destacó el de convertir Aragón en un lugar «en el que quedarse y al que volver», después de que los partidos que se han alternado los gobiernos hayan dejado «uno empleos y salarios de mierda y mayores desigualdades», en lugar de «poner los cimientos de la nueva economía». Así que enumeró varias de sus propuestas para mejorar los servicios públicos y sociales, especialmente la sanidad y educación. Para más inri, según Díaz Aragón tiene un problema añadido, que «se está muriendo» porque las políticas de los partidos de toda la vida han preferido invertir su dinero en asuntos que nada tenían que ver con el mundo rural.

Para la candidata a la Alcaldía de Zaragoza, Violeta Barba, cualquier alternativa de mejora para la ciudad pasa por el diálogo frente a la «testosterona» que ha abundado por el consistorio, afirmó. «No llegamos al ayuntamiento para hacernos valer a gritos. Lo hacemos para convencer porque de nada sirve vencer si no se convence».

Y quiere probar que es necesario municipalizar el servicio de autobús, que los zaragozanos merecen una fiscalidad justa y redistributiva, que hay que apoyar al comercio de proximidad en lugar de «recalificar a la carta» para construir centros como el de Torre Village, o que hay que apostar por la conciliación familiar. Estas fueron algunas de las propuestas que enumeró ayer Barba, que evocó una vez más a los movimientos 15M y 8M que, destacó, han demostrado que de manera colectiva se pueden hacer muchas cosas.

«El 26M nos jugamos la segunda vuelta. Que haya un gobierno progresista», concluyó la candidata.