Camino hacia el atardecer junto a la noche

y pienso en ti.

El aroma fresco del otoño

inunda mis sentidos, y siento

cómo las nubes me cubren por entero.

Sin darme cuenta caigo a llorar

recordando tu alegre sonrisa y lo mucho

que te encantaban los atardeceres a mi lado.

Aspiro de nuevo el aroma fresco,

dejándome abrazar por el sol antes de esconderse;

llegará la luna a abrigarme por completo.

Y grabo en mis retinas los mil atardeceres,

tan hermosos que me recuerdan a tus ojos;

tan brillamtes e infinitos.

Y veo su color rojizo caer

como caía el sonrojo en tus mejillas.

Suspiro con nostalgia cuando el sol termina de esconderse

y siento el frio de la noche en mi espalda.

La luna me mira triste, y yo a ella,

porque sabe que sigo de ti enamorada,

y cuánto te extraño

y cuánto te amo.

Antes de volver a la monotonía, me promete protegerte bien.

Le sonrío con tristeza y marcho, de nuevo, a las miserias de la vida.