El valor de nuestros símbolos

Alba Guixá, 1º de Bachillerato Centro San Valero

Necesitamos los símbolos. Gracias a ellos conseguimos expresar ideas de forma rápida y fácil. Nuestra bandera es un símbolo. Representa al Estado español y a nosotros mismos. Y sobre esta bandera recayó la polémica, cuando recientemente el cómico Dani Mateo en un sketch del programa El Intermedio, se sonaba la nariz con ella, después la limpiaba diciendo «lo siento», y luego la llamaba trapo y volvía a pedir disculpas por llamarla así y la tiraba sin querer. Las redes sociales se incendiaron, y hasta el propio programa se tuvo que disculpar por haber ofendido a los espectadores.

Con esto solo quiero ejemplificar el valor que le hemos dado a nuestros símbolos como país. Lo ocurrido en el sketch era una parodia y debía de haberse tratado como tal. No se metía con España sino con el valor desmesurado que le damos a los símbolos, y se hizo sin la intención de humillar al pueblo español.

Creo que se ha llegado a reducir los símbolos a un fundamentalismo peligroso, ya que nuestra bandera, nuestro himno y nuestro propio nombre como país (España) son símbolos, nos representan, pero no hay que olvidar que engloban nuestras tradiciones, nuestro territorio, nuestra historia y lo más importante, a nuestras gentes, y que son solo su representación. El nacionalismo llega cuando le damos más importancia «al recipiente en sí mismo, que al contenido».

El nacionalismo es peligroso, ya que incita al odio entre los pueblos. A raíz del referéndum del 1 de octubre del 2017, hemos vivido un panorama muy tenso. Sin lugar a duda, el separatismo amenaza con romper la unidad de España y es nacionalismo extremo, pero siempre que surge un extremo aparece el otro. Debido a todo lo que hemos experimentado (el conflicto independentista, la moción de censura, el plan de exhumación de Franco, etc.), ha habido un aumento de la extrema derecha en España. Y este lado ideológico, destruye tanto a nuestro país como el otro.

No malinterpretéis mis palabras, necesitamos el patriotismo, necesitamos sentirnos unidos, tener conciencia de país y quererlo, pero viendo sus fallos, aceptándolos e intentando mejorarlo. Y por eso ningún nacionalismo ayudará a España; no podemos cerrar los ojos a nuestros problemas, no podemos simplemente echar la culpa al otro, no podemos pensar que somos los mejores sin oír las posiciones ajenas.

Como país necesitamos las parodias para recordar nuestros fallos. Para mí no hay duda, se llegó al verdadero patriotismo por primera vez en España hace 40 años, cuando aprobamos nuestra Constitución. Desde ese día hemos cambiado símbolos y hemos dejado atrás una época oscura de nuestra historia, porque decidimos hacerlo, porque las personas hacen un país y no el país a las personas.