Conmueve que un artista de la talla de Eduardo Laborda, dotado portentosamente para el dibujo, la pintura y la alegoría; capaz de convertir un paisaje industrial de las afueras en un espectro sin tiempo, y de darle a una ciudad activa y centrípeta el cuerpo y el rostro de un mito, haya escrito este libro. Sorprende y conmueve que un creador pueda emplearse en cuerpo y alma a rescatar del olvido a personajes precursores en el oficio, con la pasión de un desenterrador de la memoria histórica.

El libro Bayo Marín. Entre luces y sombras, en la línea del documental Trazos al aire realizado por el propio Laborda en el 2005, no sólo recoge la biografía de ese ilustrador turolense de los años 20 y 30, precursor del aerógrafo, sino que traza de manera magistral la época moderna de las revistas ilustradas españolas, de la caricatura y el humorismo gráfico, de la moda y de la publicidad, en el escenario de la rebelión de las masas. Eran años en los que la reproducción fotográfica se movía torpe aún fuera del documental y el dibujo futurista servía con más gracia y precisión para mostrar un automóvil de moda, una marca o un espectáculo; de la misma forma que la caricatura retrataba mil veces mejor a un personaje publico que una instantánea mecánica, estática y acartonada.

Eduardo Laborda emplea una estrategia deliberadamente anacrónica al escribir este libro, simulando el estilo periodístico de la época, teatralizando las escenas, trazando caricaturas de sus personajes. Y logra meter al lector en la época desde la misma óptica de aquellos dibujantes creativos y bohemios, ávidos de hallar un estilo propio, abiertos a todas las corrientes europeas; y que emplearon el humor como herramienta distanciadora de un mundo sigloveinteno ya de por sí demasiado irreal, lanzado a toda velocidad hacia nuevas guerras.

Fueron los alegres años del dibujo, como explica Manuel García Guatas en el prólogo. Y ese júbilo viene corroborado en el libro por las 292 obras que Laborda ha seleccionado, extraídas del millar que tiene reunidas.

Manuel Bayo Marín (Teruel, 1908 - Zaragoza, 1953) es uno de los artistas más deslumbrantes del siglo XX, merecedor de figurar entre las más destacadas personalidades de la Segunda Edad de Oro de la ilustración española, compartiendo cartel con Federico Ribas y Rafael de Penagos en la difícil plaza de Madrid, asevera Laborda.

LA LOCURA MODERNA Meterse en el libro es ponerse a recorrer una aventura por la locura moderna, desde el viaje que los dibujantes hicieron a Madrid en patinete desde Zaragoza en 1927, con cascos de aviadores, replicado en sentido contrario por Jardiel Poncela en sexquiciclo (el Espiritu Santo of Ventas) con otros dos amigos, hasta la adquisición clandestina de revistas extranjeras por parte de los artistas para beber en ellas los signos de los nuevos tiempos.

El mundo femenino estaba derivando hacia la estética francesa. Con una literatura muy acorde con aquellos ingeniosos tipos "más rebeldes que un obispo contra el nuevo régimen", Eduardo Laborda se ajusta la pajarita al cuello, se calza los zapatos acharolados y camina con donaire y autoridad por otra época. Las ilustraciones son una delicia.