El escritor Eduardo Halfon (Guatemala, 1970), presentó este martes en una conferencia online ofrecida por la librería Cálamo, su última novela, Canción, en una conversación con Luis Solano, editor de Libros del Asteroide. Su obra ha sido traducida al inglés, alemán, francés, italiano, serbio, portugués, holandés, japonés, noruego, croata y turco. En el 2007 fue nombrado uno de los 39 mejores jóvenes escritores latinoamericanos por el Hay Festival de Bogotá. Su última novela narra una historia que toma de su realidad familiar, el secuestro de su abuelo, un comerciante judío y libanés durante la guerra civil guatemalteca.

La novela, narrada por, como dice el escritor, «un tal Eduardo Halfon», comienza con un viaje a Japón, donde el protagonista es invitado a una convención de escritores libaneses. «Es un inicio donde el narrador se enfrenta de una manera obligada con su identidad libanesa, con qué significa ser el nieto de un libanes, de Beirut. Ese enfrentamiento es la puerta de entrada al libro. Luego lleva al secuestro, a la historia del momento en el que fue secuestrado por la guerrilla en Guatemala 1967», comentó.

Un escenario descrito por su abuelo como «surrealista» y que el autor matiza: «Creo que lo que él quiso decir y lo que yo diría es distinto. Es un país donde de repente la secuestradora de tu abuelo está sentada en la mesa vecina en un restaurante. La ciudad de Guatemala es muy cosmopolita pero no deja de ser pueblerina, la gente se conoce, víctimas y verdugos se conocen, hay una pobreza y riqueza brutal». La línea entre víctima y verdugo, con la guerra civil de fondo, es otro de los temas que explora Halfon. «Son momentos límite, y una guerra tan larga, de 36 años, tiene muchos momentos. Empezando por la guerrilla, que no existió solo una. Había muchas facciones, cada una distinta y no se hablaban entre sí. Depende con qué guerrillero hables te darán una historia, víctimas y verdugos son una cosa líquida difícil de definir». Las novelas de Eduardo Halfon han sido descritas en otras ocasiones como un camino para entender los orígenes de su identidad, pero el escritor prefiere mantenerse fuera de esas etiquetas: «No me siento a escribir para eso, yo quiero contarte una historia, que tiene que ver con mi familia casi siempre, inevitablemente está ligado a la identidad. El secuestro de mi abuelo se puede contar como anécdota en dos minutos, pero llevarlo a la literatura es lo que lo hace universal y entendible», concluyó Halfon.