Arturo Ansón, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, considera que el valor documental del hallazgo de dos retratos no terminados de Francisco de Goya (del Marqués de Villafranca y de Manuel Godoy) bajo el de La condesa de Chinchón, resulta "muy importante", aunque reconoció que "es una pena que no se puedan separar".

El pintor de Fuendetodos era "bastante ahorrador" por lo que solía "reaprovechar los lienzos. También lo hizo en la Guerra de Independencia, cuando se quedó sin lienzos y los reutilizó". En el caso de los aparecidos bajo La condesa de Chinchón , Arturo Ansón considera que lo pudo hacer "bien porque alguno de los proyectos no llegara a su término o porque no gustara a los encargantes".

El especialista reconoce que los retratos escondidos "no dotan de mayor interés a La condesa de Chinchón, porque ésta ya la tiene por sí sola", aunque afirmó que habrá que realizarse un estudio iconográfico que puede ser interesante para conocer más datos sobre las obras de Goya. Sin embargo, "lo importante sería, si la técnica lo permitiese, separaralos".

Federico Torralba, especialista en arte y antiguo galerista, por su parte, también da importancia al valor documental, aunque reconoce que "es normal que aparezcan puesto que pintaba dos, tres y hasta cuatro veces"; por eso, explica que no añade "ningún valor, sino que es una curiosidad científica".

La condesa de Chinchón pudo verse en Zaragoza en junio de 1992, en una macroexposición en La Lonja, que incluía 55 lienzos del pintor de Fuendetodos; y que se complementó con dos muestras de 250 grabados en el Museo Pablo Gargallo y en el Torreón Fortea. El retrato, que pudo verse cuatro meses, fue el gran ausente de la conmemoración del Año Goya en 1996 , ya que entonces él y sus tesoros no visitaron Aragón.