La Comisión Permanente del Libro de Zaragoza (Copeli) ha decidido adelantarse a los acontecimientos y, ante la más que probable imposibilidad de celebrarse la Feria del libro de Zaragoza en junio, ha decidido retrasar la cita hasta otoño. Concretamente, su nueva propuesta es que tenga lugar la feria del 30 de octubre al 8 de noviembre.

Así lo decidió el pasado miércoles la Junta Directiva de la comisión en una reunión extraordinaria en la que también se ratificó que la ubicación volverá a ser la plaza del Pilar siempre que todos los condicionantes por la pandemia que se está atravesando ahora hayan remitido.

Así las cosas, tras la obligada cancelación del Día del libro, la otra gran cita del sector anual tampoco podrá celebrarse tal y como estaba previsto aunque el hecho de que se haya pospuesto puede al menos hacer que se pueda tratar de salvar el año. De la misma reunión salió una resolución en la que Copeli apelaba al mal momento actual: «La Junta Directiva es consciente de las grandes dificultades por las que está atravesando el sector de la cultura y en particular el gremio del libro y es por ello por lo que en permanente colaboración con las administraciones públicas se van a redoblar esfuerzos para recuperar actividades que no se hayan podido realizar en sus fechas habituales y además reforzar, si ello es posible, con la realización de otras encamindas al apoyo y promoción de este gremio».

Lo que será un hecho es que el traslado al mes de octubre y noviembre de la Feria del libro provocará irremisiblemente que el buen tiempo con el que se contaba para su celebración en mayo y junio es más que probable que no juegue a favor. Al mismo tiempo, tampoco tiene que ser un impedimento ya que hay otras citas en la misma ubicación, la plaza del Pilar, en meses de invierno han conseguido concitar a un buen número de público.

En cualquier caso, se trata seguro de un traslado de fechas temporal y en cuanto vuelva la normalidad la Feria del libro de Zaragoza, que suele reunir a centenares de escritores en apenas nueve días, recuperará su ubicación en la primavera. Hasta entonces, al sector del libro solo le queda tratar de salvar el año con los menos daños posibles y confiar en una recuperación venidera.