Con un elogio a los libreros y con un poso de crítica, el escritor aragonés Fernando Lalana inauguró ayer la Feria del libro de Zaragoza en un acto que tuvo lugar en el Hotel Don Yo y que fue el punto de partida a una cita que se celebrará en la plaza Aragón hasta el 8 de junio. Al pregón acudieron, entre otras personalidades, la consejera de Cultura del Gobierno de Aragón, Dolores Serrat; el gerente de Zaragoza Cultural, Juanjo Vázquez así como el presidente de Copeli (Comisión permanente del libro), Joaquín Casanova, que se despidió ya que abandona el cargo, aunque "no el mundo del libro". Entre los escritores destacó la presencia de Alfonso Mateo Sagasta, que mañana presenta su último libro.

Lalana dedicó buena parte de su discurso a alabar el oficio de librero ya que es el "eslabón más frágil de la cadena y un oficio que está en peligro de extinción por causas que van más allá de las coyunturales". Así, Lalana señaló que el "lobo digital" no es solo la piratería sino también "el soporte digital" por todo lo que ello conlleva. "En todo el soporte electrónico los que no tienen sitio son los libreros y sería un drama un mundo sin libreros", dijo de manera contundente el pregonero, que los defendió ya que es la "última barrera que nos defiende de los malos libros".

UN PAÍS POCO LECTOR Y es que, España "es el segundo o tercer país del mundo donde más se publica y somos un país muy poco lector. Los editores no filtran lo que deberían, por lo tanto, quienes nos defienden son los libreros. ¿Hay mayor indefensión que la de un lector joven ante una estantería repleta en Carrefour o en Amazon?", se preguntó Lalana, que realizó una petición a los zaragozanos: "Vayan a la feria y, con la ayuda de su librero favorito, elijan y compren no un libro sino un buen libro". Ya que, prosiguió el ganador del Cervantes Chico, "nos merecemos que nos guste la cultura y que nos disgusten los malos libros y nuestros hijos tienen derecho a aprenderlo porque, les digan lo que les digan, nos lo merecemos".

Fue el colofón a un pregón que también tuvo su punto crítico al inicio cuando el escritor bromeó con que lo que estaba sucediendo en el hotel Don Yo era "apología de la cultura; que igual era un acto subversivo penado en la nueva Ley de seguridad ciudadana". Aunque, continuó: "Quizá ni se han enterado de este pregón porque la Feria del libro de Zaragoza es chiquitica, flojica como diría Buñuel, y es una pena que vaya adelgazando cada vez más y nunca acaba de romper ya que pasa casi desapercibida".

También tuvo un recuerdo a la piratería ya que denunció que España "es el único país del mundo donde los derechos de autor son expoliados sin ningún problema" y es, por eso, por lo que se mostró "convencido" de que se solucionará pronto el problema ya que "los países de al lado ya nos están llamando la atención".

Precisamente, en su despedida como presidente de Copeli, Joaquín Casanova reivindicó que se apruebe una buena ley "de verdad" antipiratería porque "no habrá nada que escribir si no hay nada que ganar". Unas palabras que Casanova pronunció después de iniciar su intervención recordando a Javier Tomeo, Mariano Esquillor y Gabriel García Márquez, fallecidos en el año que ha transcurrido desde la última Feria del libro.

Las casetas levantaron ayer sus persianas por primera vez y lo cierto es que la tarde estuvo animada en cuanto a visitas, si bien no tanto en ventas, según los libreros.