Es posible que Mario Funes sea el músico zaragozano más premiado en el Popyrock, el concurso para jóvenes promesas más importante que se celebra en la comunidad. El ganador de esta decimoquinta edición, cuya gran final se celebró el pasado sábado, venció también en el 2019. Lo hizo con otra de las bandas en las que está inmerso actualmente: Embers Path. Pero su idilio con el Popyrock, en el que colabora EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, aún va más allá porque hace ocho años se quedó segundo con Oakland, un grupo en el que también era el guitarrista principal y el 'frontman'. Todo ello no hace sino evidenciar la experiencia y la amplia trayectoria musical de Funes a pesar de su edad (29 años).

«De pequeño me apunté a piano y luego a clases de guitarra eléctrica, pero he sido muy autodidacta y lo que más me ha gustado siempre es tocar con otra gente. De hecho, a los 15 años ya empecé a formar parte de bandas», destaca.

El proyecto con el que ha ganado este Popyrock de mascarillas y distancia de seguridad surgió un poco fruto de la casualidad y también de la pandemia. «Durante el confinamiento, por aprovechar el tiempo, decidí grabar maquetas de algunas canciones que tenía hace tiempo y otras nuevas, me enteré de que el concurso salía adelante y me apunté el último día. La verdad es que ha sido una alegría y una sorpresa porque no pensábamos pasar ni a semifinales», explica Funes, que reconoce que este es su proyecto más personal. No en vano, ha decidido ponerle su propio nombre.

El músico tenía muy definido el estilo desde el principio con un sonido muy influenciado por el rock americano. «Siempre había tenido curiosidad por este tipo de música y a veces en formato acústico toco repertorio de este estilo, pero nunca lo había hecho con banda. Las referencias son claras. Yo crecí con los discos de mis padres: Eric Clapton, Bruce Springsteen, Bob Dylan... Y siempre me había gustado ese sonido», comenta. Como él mismo reconoce, en su última propuesta también hay mucho del pop de los 80 (Los Secretos, La Frontera, La Guardia...). «También he crecido con esas bandas y al final la influencia está ahí», subraya.

Con todo, Funes se reconoce como un músico abierto a muchos estilos y un explorador de nuevos sonidos. «Igual el año que viene me pongo a hacer cumbia, quién sabe», bromea. Un claro ejemplo de todo ello son sus otras dos bandas: Embers Path, grupo zaragozano de ska y reggae, y 13 Krauss, donde abrazan el folk celta.

Pero lo que une a todos sus proyectos es un sonido muy trabajado y sólido, a pesar de que para el concurso solo ensayaron un mes. «Se notan los años que llevamos de carretera y también que muchos de nosotros tocamos juntos desde hace tiempo, lo que hace que todo fluya más fácil y mejor», destaca. Y es que Santi Pérez también es el batería de Embers Path, Miguel Buesa es el bajista de 13 Krauss (la otra banda de Funes) y con el teclista Josete Meléndez, de White Coven, llevan también muchos años colaborando. Los cuatro músicos se hicieron con esta decimoquinta edición con una propuesta con letras en castellano en una final en la que se impusieron a Peanook, el proyecto impulsado por el joven zaragozano Pablo Arnal.

«Ahora me gustaría editar un disco con estas canciones y querría presentarlo con banda claro. Al final nuestra filosofía es de directo. Nos agarramos al escenario como a un clavo ardiendo porque nunca se sabe dónde puede estar la oportunidad. Cualquier concierto te puede abrir una puerta. A veces hemos tocado ante diez personas y nos ha salido otro concierto en otra ciudad, por eso son importantes estos concursos; siempre te pueden abrir alguna puerta, además de que te permiten conocer a mucha gente», subraya.

Funes reconoce que le encantaría ganarse la vida con la música, pero es consciente de que «es muy difícil». Por el momento, compagina su pasión con la docencia, ya que se dedica a dar clases de guitarra en academias, en casas de juventud y también a particulares.

Como todos los músicos, Funes ha sufrido en sus propias carnes los efectos de la pandemia, por lo que reclama más apoyo a las administraciones. «Deberían tener más solidaridad con el sector porque al final es cultura y es muy importante. Se está dejando de lado a los músicos y las declaraciones de algunos políticos todavía lo ponen más complicado», señala Funes, que destaca la buena salud y el nivel de la escena aragonesa hasta la irrupción de la pandemia. «Nunca había habido tantas salas de conciertos y hacía mucho que no veía tantos grupos emergentes, por eso confío en que cuando todo esto pase la escena zaragozana se recuperará», concluye.