Ana Mendieta, Diane Arbus, Yves Klein, Mark Rothko y Jackson Pollock. Pero también Eva Hesse, Piero Manzoni, Félix González Torres, Jean-Michel Basquiat y Keith Haring. Todos son artistas míticos unidos por su muerte en circunstancias trágicas en todos los casos. Y todos ellos conviven desde ayer en la sala lateral del IAACC Pablo Serrano de la mano de Carolina Antón Mate que los ha reproducido en una instalación incluida dentro de su exposición Escenografías del retrato. Una muestra que se inauguró ayer con la presencia del director general de Cultura del Gobierno de Aragón, Humberto Vadillo; y la directora del Pablo Serrano, Marisa Cancela; y que se podrá visitar hasta el próximo 20 de abril en los horarios de apertura del museo.

"Intento ser lo más realista posible para que la gente caiga en el engaño, juego entre la ficción y la realidad, solo cuando la gente se acerca a las figuras se percata que no son reales", explicó ayer la artista. De esa idea surgieron las diez siluetas de madera pintadas al óleo y sustentadas por bases de metal, que conforman la instalación Lost generation, con las que ha podido "juntar a todos estos artistas en su propia exposición".

TRES SERIES Lost generation es la parte central de la exposición que cuenta, además, con dos series más, ya que es una "pequeña retrospectiva" del trabajo que ha realizado desde el 2007 en el que "cuenta historias cotidianas". La muestra se abre con Posa't guapa, que son ocho pinturas que emulan a los carteles publicitarios de los sesenta. "Están basados en la decadencia de las mercerías de barrio de Barcelona (donde reside la artista) que están cada vez más en desuso y, a partir de ahí, he pintado estos cartel con modelos de verdad".

El recorrido de Escenografías del retrato se completa con un tercer espacio titulado Barceloneta town, compuesto por 90 retratos que corresponden a otras tantas entrevistas realizadas a habitantes de la Barceloneta pertenecientes a diferentes colectivos: "Es un retrato social del barrio pesquero que conforma en sí mismo una pequeña sociedad". Los relatos colocados todos seguidos en una pared vienen acompañados de tres códigos QR a través de los cuales se pueden tres documentales: Sardinada popular, Correfoc y Bernardo y los 25 periódicos del barrio. Tres audiovisuales que reflejan unos habitantes alejados de la posmodernidad con la que se relaciona a Barcelona.

Estos tres espacios conforman la exposición que es la consecuencia de una evolución que ha ido sufriendo el trabajo de la artista: "Empecé con las siluetas y, después, ha habido un cambio de la pintura al espacio real porque ya no juego solo con el plano sino que también introduzco el espacio. Y en cuanto a la técnica, ahora mis retratos son más fotografiados", concluyó Carolina Antón.