Nacida en Zaragoza en 1984, pero residente en la actualidad en Madrid, Lorena Domingo presenta hasta el 8 de septiembre en el IAACC Pablo Serrano Las raíces del vuelo, una exposición que considera «mi proyecto más importante» hasta ahora y en el que «la temática deja de tener simbología para centrarse en los problemas pictóricos».

Y es que, a través de 37 piezas entre lienzos, metacrilatos y cerámicas que utiliza como soporte artístico, Lorena Domingo camina entre la figuración y la abstracción, mezclando ambas, o partiendo de la primera hasta llegar a la segunda en un proceso que aborda como una conversación dentro de la pintura contemporánea. Con el aval de un comisario como David Barro, todo un referente en el mundo de la pintura actual, la autora profundiza en las relaciones formales y físicas que vinculan la historia de la pintura y la manera de entenderla hasta el punto que el propio David Barro define labor que realiza de Lorena Domingo como «pintar la pintura».

«Lorena es una pintora muy hábil y con sus obras se podría contar la historia de la pintura, que hoy es una tradición, una idea, que no deja de hablar sobre sí misma, por eso es difícil de entender la pintura contemporánea», apunta el comisario.

Una pintura la de Lorena Domingo que, señala, puede ser comprendida por aquellos que no entienden de pintura, pero que quienes sí tienen conocimientos «pueden encontrar muchas capas» en este juego de equilibrios entre figuración y abstracción que conforman obras analíticas que tratan de reducir el concepto de la pintura casi al esquema a lo mínimo, a la esencia.

El argumento pictórico para crear estos imaginarios contemporáneos y propios narrados desde lo visual, se centra en las relaciones contingentes y cambiantes, combinando la artista «diferentes elementos en una sola historia donde se cruzan los caminos, como espectador y como artista», afirma Lorena Domingo, quien recalca que «pinto aquello que he visto como espectadora y lo sitúo en relación con lo vivido como persona, y viceversa».

El director general de Cultura y Patrimonio, Nacho Escuín, señaló que esta exposición es «una muestra especial porque define perfectamente la línea del apoyo del Pablo Serrano a la cultura joven y aragonesa».