Cuarenta años después, siguen más vigentes que nunca. Esa es la clave de Los mejores sketches de los Monty Python, el espectáculo de Yllana y L'Om Imprebís en el que recuperan las dos decenas de números televisivos más hilarantes que los cómicos ingleses realizaron en los 70. Así lo desgranaron ayer los actores Balbino Lacosta y Ramón Merlo, que junto a Carles Castillo, Sandro Cordero y Carlos Heredia, estrenarán esta noche en el Teatro Principal (20.30 horas) el espectáculo, que se podrá ver también mañana (21.30 horas) y el domingo (18.30 horas).

"No han pasado de moda porque las imperfecciones del género humano siempre están en boga. Al final, el ser humano siempre comete los mismos aciertos y los mismo errores", señaló Merlo, que desgranó que los sketches abordan "la justicia, la televisión que vivimos, el mundo del poder..." y uno nuevo con respecto a la producción que ya se realizó hace nueve años: "Aborda a los políticos --explicó Lacosta-- y tiene tanta vigencia que sin cambiar nada, actores compañeros de profesión nos dicen que está muy bien adaptado...". Los veinte números que se pueden ver en escena respetan "completamente" el texto original y lo único que es diferente es la forma de abordarlos que depende del actor. "La música y el gesto son muy importantes para potenciar el humor y el código interpretativo permite subrayar el texto ya que se expresa con el cuerpo", desveló Lacosta.

"TRANSICIONES RÁPIDAS" La clave que define la obra de teatro es, ante todo, el ritmo. Algo que se ha conseguido "con unas transiciones rapidísimas", señaló Lacosta en las que, "cuando aún está acabando un número, ya está empezando el siguiente. No hay tregua y eso hace que el espectáculo, que dura 90 minutos, se pase volando".

Los mejores sketches de los Monty Python llegan al Principal con un humor "para todos los públicos y variado" que ha hecho que sea un "éxito". "Aunque los Monty Python tienen su propio sello bebieron de muchos humores y eso hace que en sus números se pueda ver un humor más primario, uno absurdo, otro más inglés... Todos suman y todos engarzan en un espectáculo muy especial", afirmó Lacosta. "La obra termina muy arriba y es la primera vez en mi vida que cuando acaba la gente en lugar de aplaudir, aúllan", bromeó el propio Balbino Lacosta, que aseguró sentirse como "una estrella de rock".