Con un guiño al propio Pablo Serrano en su nombre (Quema), abre sus puertas el espacio gastronómico del museo cuatro años después de que lo hiciera el centro y tras tres concursos fallidos. El nuevo espacio, "que nace como restaurante más que como cafetería" ha sido diseñado por el arquitecto José Manuel Pérez Latorre y estará dirigido por el cocinero Carmelo Bosque (dueño de una estrella Michelín con su restaurante oscense Lilias Pastia). El cocinero estuvo acompañado ayer en la presentación de todo su equipo y tanto del director general de Patrimonio del Gobierno de Aragón, Javier Callizo; como de la directora del IAACC Pablo Serrano, Marisa Cancela.

"Venimos a hacer un restaurante porque cuando tú viajas nadie recuerda en las cafeterías en las que has estado, pero en los restaurantes, sí, es algo que se te queda la huella", aseguró Carmelo Bosque que explicó brevemente cuál va a ser la filosofía del espacio: "Lo que vamos a hacer es cocinar y servir comida recién hecha. Es un espacio en el que no se puede tener muchas reservas así que compraremos, venderemos, compraremos, venderemos...".

CAPACIDAD PARA 50 PERSONAS Quema

está ubicado en la planta baja, en los antiguos talleres del Hogar Pignatelli en un espacio de 120 metros cuadrados con capacidad para 50 comensales. "José Manuel Pérez Latorre ha sido capaz de interpretar perfectamente lo que queríamos y no era algo sencillo", desveló Bosque. El espacio, que integra el arte y la gastronomía, es totalmente abierto, con un simple vidrio de separación entre la cocina y las mesas donde se servirá la comida: "Nos hubiera gustado tenerlo todo abierto pero la normativa lo impide --explicó Pérez Latorre-- aunque el vidrio no separa sino que une los dos espacios".

El restaurante abrirá de lunes a sábado, a partir de las 9.30 horas y ofrecerá tanto comidas como cenas. Al mediodía habrá un menú que costará 30 euros y, por la noche, carta aunque el precio final "será similar", según Bosque. "Una pizzería vale 25 euros, la alta gastronomía tiene que valer porque si no no puedo poner género. Cuando tú vas a comprar rape, una loncha ya te vale 8 o 10 euros. Si todo lo hacemos a 12 o 14 euros nunca tendremos cultura gastronómica. Si hablamos de gastronomía, tenemos que saber que quiero que vengáis una vez al mes, no todos los días", razonó el cocinero.

Todo ello con la voluntad de sumar: "La comida está presente en nuestra vida cotidiana. Si tú comes bien, eres feliz y tu cuerpo se transforma. ¿Qué mejor que venir a ver arte y poder degustar una comida que esté al mismo nivel?", concluyó Bosque.

El comedor cuenta con pinturas de Pablo Pérez Palacio en el que el artista juega con los colores y la iluminación para "crear la ilusión de estar dentro de una obra pictórica".