Los 100 minutos de metraje de Salvador Allende condensan un gran legado fílmico iniciado en 1971, cuando Patricio Guzmán se propuso captar "la utopía de un mundo justo y más libre que proclamaba un político que ha trascendido a su tiempo". En esa opera prima , titulada El primer año , Guzmán retrató "a un chileno universal, un hombre atípico, revolucionario y fanático de la democracia que cumplió sus promesas".

El primer año fue su debut en el cine documental en un país que el 11 de septiembre de 1973 quedó roto por una brutal dictadura que duró 17 años. Guzmán, sin saberlo entonces, había emprendido una larga lucha contra la amnesia política. La continuó con la trilogía La batalla de Chile , que contiene cuatro horas y media dedicadas al último año de la vida de Allende. Guzmán rodó hasta el mismo día del golpe de Estado. En su archivo personal, siempre ha guardado las cintas originales, con las que huyó a Europa.