El periodista Pepe Rodríguez vivió los atentados del 11 de marzo en Madrid como un ciudadano más, pero su olfato de investigador le llevó a sospechar enseguida que el Gobierno de José María Aznar ocultaba algo importante por la forma en que difundió la información a la opinión pública.

El análisis de los datos reales, de los que se hicieron públicos, de la actitud de los dirigentes del PP y de los entresijos policiales están recogidos en 11-M: Mentira de Estado (Ediciones B), en el que Rodríguez llega a la siguiente conclusión: el Gobierno mintió a sabiendas para ganar las elecciones generales del 14 de marzo.

El libro, que va por la segunda edición, tiene una cronología detallada de los tres días "que cambiaron España", que el autor organizó con el criterio de qué se sabía en cada momento, quién lo sabía y qué decía el Ejecutivo.

Al periodista le interesa especialmente mostrar las técnicas de ocultación y falsificación de la realidad que, a su juicio, se utilizaron desde la Moncloa a instancias de Aznar, "que lo controló todo". Según Rodríguez, hubo un retraso intencionado al dar a conocer al verdadero responsable de la barbarie de Madrid --Al Qaeda-- para mantener el mayor tiempo posible la tesis de la autoría de la banda terrorista ETA. "El Gobierno pasa de un error justificable a mentir, y es inaceptable que mienta tan mal", manifestó ayer el periodista.

En un relato ágil y trepidante, el autor de 11-M: Mentira de Estado devuelve al lector a aquellos días de marzo en que los ciudadanos pasaron del dolor por los muertos a la indignación por el engaño, sin perder la perspectiva de a quién beneficiaba una fraudulenta política informativa.

"El PP --señaló Rodríguez--, estuvo en permanente campaña electoral y le importaron un bledo las víctimas". A su juicio, el presidente José María Aznar "perdió las elecciones porque mintió y jugó con el dolor con el único fin de ganar las elecciones".

El acopio de documentación y las conversaciones mantenidas con los protagonistas de esos días --políticos, diplomáticos, policías-- permiten a Rodríguez dar una visión novedosa de algunos hechos. Por ejemplo, que Aznar fue informado por la Casa Blanca de que el grupo autor de la masacre era Al Qaeda, pese a lo cual siguió apuntando a ETA. También revela que el rey Juan Carlos conoció la autoría de los integristas árabes por la casa real de Jordania.