Una exposición de Jorge Oteiza, uno de los escultores más relevantes del siglo XX, radical y visionario, muestra el proceso de investigación experimental de este artista y su concepto del "ser estético" y del "arte para el hombre", a partir de ayer en el Museo Salvador Victoria. La exposición, titulada Oteiza. El ser estético, ofrece 37 obras, seis esculturas y 31 dibujos de siete "familias" relacionados con cada una de las piezas, fechadas todas en los años más fructíferos de este artista, entre 1950 y 1958. Permite apreciar la evolución del proceso experimental de Oteiza, desde sus esculturas figurativas a la abstracción y la creación del vacío en sus cajas y esferas.

"Es una pequeña antológica de su periodo más fértil --explicó a Efe Diego Arribas, director del Museo de Rubielos--. Es en la década de 1950 cuando Oteiza realizó sus trabajos más importantes, antes de dejar la escultura en 1959 y dedicarse al estudio de la cultura y la filología vasca y la poesía".

Las obras proceden de la fundación museo Jorge Oteiza de Alzuza (Navarra), que dirige Gregorio Díaz Ereño, y es fruto de la colaboración de ambas instituciones y de sus directores y la viuda del pintor Salvador Victoria, Marie Claire Decay, para ofrecer la primera exposición del artista vasco en la provincia de Teruel.

Los dibujos y collages son bocetos y documentos con anotaciones y observaciones de Oteiza en su investigación estética sobre la luz y un lenguaje espacial nuevo, que luego tomarían forma como esculturas. El concepto de "ser estético" de Oteiza está presente con fuerza en esta exposición: "Quiero remitificar y sacralizar los espacios vacíos para que sirvan de trascendencia, de protección estética y religiosa del hombre, que se apoye en estos espacios trascendentes de naturaleza estética", escribió el escultor, estableciendo la diferencia con el pensamiento de Heidegger.