Aitana Sánchez-Gijón supo que sería actriz el día en que su familia le dijo que no haría la primera comunión. Tenía 8 años y lloró por perderse una actuación con todas las miradas fijas en ella. Horas antes, había recorrido el pasillo, una y otra vez, ensayando andares de princesa.

La misma intensidad dramática se apoderó de ella cuando leyó el guión de El maquinista , de Brad Anderson. "Era el desasosiego en estado puro. Como espectadora no me gusta el cine de terror psicológico. Pero no pude decir no. Es el mejor guión que he tenido en mis manos", reconoció ayer la actriz en el festival de Sitges, donde se presentó esta película.

Christian Bale, firme candidato a Batman , es el protagonista de una trama inquietante y magnética, que no esconde sus referentes cinematográficos. Scott Kosar, el guionista, se inspiró en El amigo americano , de Wim Wenders, y El quimérico inquilino , de Roman Polanski. "Y literarios", añade Sánchez-Gijón, que releyó a Dostoievski para entender el infierno que rodea al protagonista. "La historia llega porque cuenta lo que es el sentimiento de culpa".

A PETICION DEL DIRECTOR

La actriz se encontraba en un puerto de la Patagonia rodando La puta y la ballena , cuando la llamó Anderson. El director de Próxima parada Wonderland se acordaba de esa intérprete española que le encantó cuando vio Un paseo por las nubes . Pidió a los productores de Fílmax que la buscaran, que ella debía ser esa mujer irreal llamada Marie. "Me sorprendió. Me dijo que me quería a mí. La siguiente vez que hablé con él fue en las pruebas de vestuario ya en Barcelona", recordó la protagonista de Volavérunt , de Bigas Luna, director que en 1997 le propuso un papel que guarda conexiones con Marie. "Es cierto. En La camarera del Titanic tampoco queda claro si es real o es producto de la imaginación".

Sánchez-Gijón asegura que a pesar de haber participado en una trama tortuosa, su personaje es de los más tranquilos que ha interpretado nunca. "Es la visión que él tiene de ella lo que lo convierte en inquietante". Bale, según la actriz, estaba tan influido por la pérdida de peso que concentraba todas sus energías en las 12 horas diarias de rodaje. "Apenas comía. Estaba tan debilitado por haber perdido 30 kilos, que entró en una dimensión etérea, como si no estuviera en este mundo. No hablaba con nadie. La relación con él era parca. Sólo se centraba en dar vida a un personaje que requería un gran desgaste físico y emocional. Yo no sería capaz de llegar tan lejos". Todo cambió cuando, dos semanas antes de acabar, el actor empezó a comer. "Recuperó la energía, sonreía, conversaba".

Bale ya suena en las quinielas para el Oscar al mejor actor. "Mi candidato es Javier Bardem, pero no me gusta hacer pronósticos. Ni pienso en dar el salto al cine americano. Estoy mayor para hacer piruetas en Hollywood. Participo en los proyectos que me interesan; si luego tienen repercusión, estupendo". Si su ambición hubiera sido ésa, se habría aprovechado hace 10 años de Un paseo por las nubes : "Era una ocasión más favorable: era la protagonista junto a Keanu Reeves".