Al margen de la competición, y casi también de la propia Mostra, el actor y realizador Tim Robbins presentó ayer su película Embedded en una de las salas del certamen y en lo que se llama el Contrafestival , la muestra Global Beach. Más tarde, Robbins se presentó ante la prensa en la sala habitual de la Mostra. Tanto el filme como las palabras pronunciadas por el cineasta rezumaban un claro espíritu anti-Bush, como no podía ser de otra manera en uno de los actores de Hollywood más comprometidos y consecuentes con sus ideas, al igual que su esposa, Susan Sarandon.

Embedded es la adaptación al cine de una obra de teatro que el propio Robbins llevó hace un año y medio a un pequeño teatro de Los Angeles para criticar la política de la Administración Bush respecto a Irak y que él mismo protagonizaba. Valiéndose de la sátira y echando mano de personajes ficticios aunque inspirados en la realidad, Robbins perfila en el filme un duro retrato de la estrategia utilizada por George W. Bush para justificar la invasión militar de Irak, valiéndose de argumentos geopolíticos y económicos.

A la entrada de la sala en que se iba a efectuar la primera proyección se formó un impresionante tumulto de espectadores, que no podían acceder al estar ya lleno el local. Hubo gritos y empujones. Al final, Tim Robbins en persona tuvo que calmar a los exaltados prometiendo que se realizaría una proyección suplementaria de la película, con lo que se zanjó el conflicto.

BUSQUEDA DE LA VERDAD

Según aseguró Robbins ante la prensa internacional acreditada en Venecia, "existe hoy una creciente tendencia en Estados Unidos a que los ciudadanos busquen la verdad de las cosas más allá de las mentiras que cuentan los políticos y también la prensa".

El actor expresó su convencimiento de que la prensa en su país no es contraria a la política de Bush: "De haberlo sido --indicó-- no habríamos ido a la guerra". Pero precisó que en los últimos tiempos ha habido una reacción "a los embustes" que la han justificado, en la que incluyó a "algunos representantes del Partido Republicano, que se sienten traicionados".

El director de Abajo el telón aludió también a películas como Farenheit 9/11 , de Michael Moore, que, a su juicio, contribuyen a este debate y son una muestra de que los artistas estadounidenses cada vez se sienten más afectados por la realidad social y política que les rodea.

El actor y realizador negó que, en el futuro, se decida a entrar en política porque, a su entender, sería un mal gestor de asuntos públicos. Pero, como elector, advirtió que las elecciones presidenciales en Estados Unidos de noviembre próximo "son las más importantes desde hace muchos años. Hay políticos que están dispuestos a mentir con tal de salir elegidos. Ya ha pasado antes, pero ahora es más grave". En este sentido, citó como ejemplo la campaña orquestada contra el candidato demócrata, John Kerry.