Jacques Mataly es un hombre de imagen. Se ha adentrado en el documental cinematográfico y también ha realizado trabajos de TV para la cadena Arte, algunos de los cuales se han visto en España. Pero donde este artista francés muestra realmente todo su potencial es en la fotografía, como puede apreciarse en la galería zaragozana Spectrum Sotos, donde expone su serie titulada Ligne .

Aunque en el fondo todas las obras de Ligne presentan la misma estructura, con la línea del horizonte separando el mar y el cielo, cada imagen muestra no sólo un momento distinto de su percepción visual, sino que también emanan la emotividad propia de cada uno de esos momentos, tan diferentes en luz y color... "En realidad todas las fotos en sí son idénticas, el mar, el cielo y la línea del horizonte, que, en el fondo, une más que separa. No importa el lugar donde se han tomado. Lo importante --explica Mataly-- es la relación sentimental que el autor establece con el paisaje".

Así, las imágenes pasan de un verde intenso a los rojos de una puesta de sol; de la pura oscuridad tan sólo rota por el último rayo de sol a la imperceptible separación que entre mar y cielo en días de niebla. "Lo que realmente da peso al trabajo es, precisamente, la multiplicidad de fotografías. La cantidad de posibilidades que ofrecen las distintas miradas al paisaje. Una foto sola no puede describir la cantidad de sensaciones que uno vive pasando largo tiempo mirando hacia un sitio que cada vez es distinto", señala.

Así, cada imagen se suma a las demás para ir llenando el conjunto del trabajo y conseguir el resultado final de aproximación panorámica al paisaje y a lo que este refleja. Por eso Mataly amplia sus obras a tamaño de 1x1 metros, "que permite al espectador entrar en la situación y conseguir esa relación íntima con la imagen", concluye.