De la «circunstancia afortunada» de que un cuadro de Goya propiedad del Museo Thyssen-Bornemisza «con una cronología muy concreta» recalara en Zaragoza durante unos meses nace la exposición El viaje del rey. Fernando VII desde Valençay a Madrid. Marzo-mayo 1814. Ese cuadro es un retrato de El deseado con manto real que ahora hace el viaje a la inversa desde Madrid y es el que centra el discurso expositivo de una muestra que recrea «el momento crucial de su trayectoria como monarca» reflejado en el viaje que emprende desde Valençay hasta Madrid donde sin renunciar al absolutismo vuelve a tomar el poder. Así lo explicó ayer el comisario de la exposición organizada por la Fundación Ibercaja, Pedro Rújula, en un acto de inauguración en el que estuvo acompañado del director general de la fundación, José Luis Rodrigo; y de la jefa del área de Cultura, Inés González.

Cerca de 70 piezas conforman la exposición que incluye, además, tres óleos más de Goya así como grabados y piezas de Miguel de Parra, Vicente López y Marcelino Unceta así como estampas, objetos y documentación que recrean el contexto histórico, los escenarios y personajes clave en el recorrido de regreso de Fernando VII. «Nos enfrentamos a la figura del rey despojados de prejuicios para ver quién es el hombre que vuelve. Con 23 años se fue de España y tras seis años exiliado por Napoleón en Valençay puede regresar a España. Lo que se aborda es si la guerra de la independencia ha sido un paréntesis y se vuelve al absolutismo o es un avance sin marcha atrás», explicó Pedro Rújula.

DOS ÁMBITOS / Dos son los ámbitos en los que está dividida la exposición. El primero está centrado en el viaje francés, se inicia en el palacio de Valençay y, a través de grabados, litografías y diferentes objetos, se narra cómo Fernando VII vivía en ese exilio y cómo consigue iniciar el viaje de regreso a España en medio de una Europa en guerra. En este apartado se puede contemplar el boceto de Goya de La carga de los mamelucos y ocho grabados de Los desastres al tiempo que se explica que el viaje en territorio francés dura apenas seis días. «Es una huida casi desesperada -contó Rújula-, algo que cambia cuando cruza la línea del río Fluvià y entra en territorio español. A partir de aquí empieza el segundo ámbito, «un viaje de propaganda» y el rey prolonga su regreso todo lo que puede en una jugada de ajedrez buscando ganar apoyos para no tener que jurar la Constitución de 1812 y volver al absolutismo». En ese viaje, se desvía a Zaragoza con la excusa de que le había invitado Palafox y es en Daroca donde decide que no acatará la Constitución.

Es en esta segunda sala donde está expuesto el retrato del monarca («que surge de la necesidad de construir la imagen pública del monarca regresado») así como dos piezas de Miguel Parra como La entrada triunfal de Fernando VII en Zaragoza y La entrada triunfal de Fernando VII en Valencia u otro Goya como El duque de San Carlos.

La exposición se podrá visitar hasta el 27 de octubre (de lunes a sábados de 10 a 20 horas y domingos y festivos de 10 a 14 horas) y lleva aparejada un programa de visitas en distintos formatos así como una guía para escolares.