El Ayuntamiento de Zaragoza fue, en 1981, pionero en desarrollar la arqueología urbana sistemática reglada con catas comprobatorias y si eran positivas, seguidas de excavaciones arqueológicas intensas. Así lo explicó ayer en su comunicación la jefa de la Unidad Municipal de Museos y Exposiciones, Carmen Aguarod, invitada a exponer los procesos de decisión y de reflexión para elegir los temas de los cuatro museos de espacios públicos romanos en Zaragoza: El Foro, las Termas, el Puerto Fluvial y el Teatro Romano.

Aguarod señaló que "fue modélica la atención del ayuntamiento a partir de 1986, al decidir conservar in situ y musealizar los restos de las Termas Públicas aparecidas en 1982".

A partir de ahí, comenzó una política más amplia. En 1994 contaba con cuatro espacios arqueológicos conservados: El museo del Foro, construido, pero cerrado al público por problemas arquitectónicos, y sin un discurso específico; la pequeña piscina de las Termas tenía el edificio construido pero sin abrir; otra pequeña zona que no se ha musealizado situada bajo el Coso, 68, también cerrada y el Puerto Romano.

En ese 1994, Aguarod y Mostalac se encargan de dar un discurso a esos espacios y deciden que, puesto que lo descubierto eran los restos del foro, no iban a seguir sirviendo de fondo para exposiciones temáticas, sino que se usarían para explicar la vida cotidiana. Con ese montaje se inauguró en 1995 como formando parte de una ruta que incluiría las Termas (inaugurado en 1999) y el Puerto (2000). A partir de 1997 Ibercaja donó el solar del teatro al ayuntamiento. En el Puerto se incidió en el comercio por la vía del Ebro. Las Termas explicaban otra parte de la vida ciudadana.

Cuando por fin se excavó el teatro, el mismo edificio llevaba ya incorporada su temática, pero también la historia de su solar a lo largo del tiempo: Barrio musulmán en el XI, parte de la judería cerrada en el XIV, renacentista en el XVI...