Al PP le sabe a poco la degradación de Josep Lluís Carod-Rovira y su inminente salida del Gobierno catalán. Quiere más. Su guerra sin cuartel contra la Generalitat seguirá en marcha en tanto el pacto de la izquierda catalana no salte por los aires. Por si había dudas sobre este firme empeño de los populares, ayer su candidato a la Moncloa, Mariano Rajoy, no esperó siquiera a conocer la resolución de la crisis abierta en el tripartito para diagnosticar que ésta se cerraría "en falso".

Eran las tres de la tarde cuando Rajoy dictó su sentencia. Faltaban dos horas para que el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, anunciara la destitución del líder de ERC como consejero jefe, pero el secretario general del PP no dudó en aventurar que tampoco ese cese serviría para atajar la crisis. A su juicio, el problema de fondo es que la fórmula del tripartito es "inviable", y sólo su ruptura serviría para normalizar la situación. "Lo que verdaderamente está en crisis es el tripartito", afirmó Rajoy en el Foro Abc.

El candidato conservador juzgó "injustificable" la reacción inicial de Maragall al conocerse la cita de Carod con la cúpula de ETA, que definió como "un error político de enormes proporciones". También censuró los "titubeos" del líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero. Por eso le preguntó "si conoce los objetivos últimos de ERC" y si "son compatibles" con los del PSOE.

Una vez confirmado el cese, los argumentos del PP no variaron demasiado. El vicepresidente Javier Arenas pidió la ruptura del tripartito, y el ministro portavoz, Eduardo Zaplana, consideró "evidente" que el PSOE "se ha plegado a ERC".

NINGUNA "BRECHA" FRENTE A ETA En la clausura del congreso de víctimas del terrorismo, el presidente, José María Aznar, aludió a las gestiones de Carod ante ETA, y alertó de que "ninguna irresponsabilidad, ni frivolidad ni oportunismo abrirán una brecha" en la lucha contra ETA.