Los independentistas ratificaron ayer en el Parlamento catalán su voluntad de lograr la desconexión y recuperar las leyes suspendidas o anuladas por el Tribunal Constitucional (TC). Una moción que levantó ampollas entre sus impulsores, la CUP, y sus socios, JxCat y ERC, después de que estos últimos la emmarcaran en el mero «simbolismo».

El debate en el pleno se inició con la advertencia de los letrados de la Cámara catalana. En una carta leída por el secretario de la Mesa, David Pérez, pidieron que no se tramitara porque el texto final sometido a voto «no resuelve las cuestiones inicialmente advertidas respecto al pronunciamientos del TC». Caso omiso. La votación se resolvió con los apoyos previstos y con una bancada naranja manos arriba. Tampoco socialistas ni populares pulsaron botón alguno.

Cs, PSC y PPC exigieron hasta el último minuto una reunión urgente de la Mesa. Todos ellos ya presentaron sus peticiones de reconsideración la semana pasada, pero fueron en vano debido a la mayoría independentista en este órgano. El intento de trasladar el rifirrafe al hemiciclo para forzar su convocatoria tampoco funcionó.

El texto aprobado corre peligro de ser suspendido si algún grupo lo impugna ante el TC. El portavoz de Cs, Carlos Carrizosa, ya lo dio por noqueado y lo definió como una maniobra para ahondar en el «victimismo» de los independentistas. Acusó a la Mesa de «incurrir en responsabilidades personales innecesariamente» y de «dejarse arrastrar por la CUP».

Desde la bancada del PSC, Ferran Pedret diagnosticó que «persisten en el error de imponer un proyecto político sobre la mitad de un país que no lo quiere ni lo comparte» y recordó que «fuera de las paredes de la Cámara no hay mayoría independentista».

Para los populares el escrito es tan solo la «carta de presentación» del president Quim Torra ante el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en respuesta a su actitud de «querer agradar al independentismo».

«Me suena antiguo», reconoció el portavoz de ERC. «Es un gesto simbólico pero poco efectivo», dijo a los anticapitalistas.