Es el mejor informado de la prisión de Estremera. El excomisario de Policía José Manjel Villarejo, detenido hace un año en el marco de la operación Tándem y encarcelado por supuestos delitos de cohecho, blanqueo de capitales y organización criminal, sigue a diario las noticias a través de dos aparatos de radio y un televisor, según fuentes penitenciarias.

Estos días pasa las mañanas de lunes a viernes delante de la televisión en el módulo 4 de la cárcel madrileña, tomando notas concienzudamente en una libreta. Sigue los programas de noticias y las tertulias. Lee además, tomando igualmente notas, El País y El Mundo, los dos diarios a los que se le permite acceso intramuros. Su interés renovado por la actualidad -más intenso desde la publicación de la nueva tanda de filtraciones de grabaciones realizadas en estos años por él mismo- le ha llevado a dejar para las tardes su dedicación a la otra labor que lo entretiene durante su vida en prisión: oficiar de gestor, y de abogado de facto, redactando a otros presos como favor instancias, recursos y todo tipo de documentos burocráticos.

Villarejo ha llegado a tener tal nivel de faena en esa actividad que evaluó solicitar permiso para ejercer como abogado desde dentro de la prisión, informan funcionarios del centro. Pero ha renunciado a tramitar una petición que no tendría precedentes, a la vista de las pocas posibilidades que tiene de comunicarse con el exterior. El expolicía agota cada semana las 10 llamadas de cinco minutos a números previamente comunicados y autorizados a las que tiene derecho, así como los 40 minutos de locutorio a la semana, la hora al mes de encuentro familiar y el vis a vis mensual. Villarejo tiene autorizadas para visitarle a muy pocas personas: los miembros de su núcleo familiar y su equipo de ocho abogados.

La atención con la que sigue la actualidad le ha llevado también a dejar de hacer ejercicio en el gimnasio de Estremera y a apartarse de los talleres ocupacionales. El hombre que grabó a Corinna, la amiga de Juan Carlos de Borbón; al expresidente madrileño Ignacio González; a la ministra de Justicia, Dolores Delgado, y a la ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal mantiene el liderazgo entre los presos del módulo 4 con el que se destacó prácticamente desde su llegada. Los otros reclusos del módulo, medio centenar de policías, guardias civiles y funcionarios de prisiones apartados de sus cuerpos por la comisión de delitos o en espera de juicio, ven en Villarejo al inquilino con mejores contactos en el exterior. Y no dejan de pedirle favores. Se trata también del exfuncionario de la seguridad del Estado de mayor graduación entre los reclusos, todos clasificados en el apartado cuarto (fuerzas de seguridad) del Fichero de Internos de Especial Seguimiento. Un exguardia civil ya próximo a la edad de pasar a la reserva y condenado por estafa, con el que consolidó amistad la pasada primavera, sigue haciéndole de asistente en la prisión. «Es una relación normal entre presos de cierta edad -comentan las fuentes consultadas-. Es habitual que el más poderoso o el más rico tenga como ayudante a otro preso de confianza».

SILENCIO Y NERVIOSISMO / La locuacidad, e incluso jactancia, con la que en verano comentaba entre los presos los episodios relacionados con sus grabaciones se ha trocado en un preocupado silencio, relatan las fuentes, y un estado de nerviosismo.

Villarejo continúa empeñado en que los mandos de la cárcel de Estremera graban sus conversaciones. Incluso en el comedor, según habría comentado a compañeros de reclusión, «donde técnicamente sería muy difícil captar su voz, en medio del jaleo que se forma a diario», comentan las mismas fuentes.