«Nosotras venimos desde pequeñas junto con los vecinos de nuestro pueblo, Langa del Castillo. Para nosotras es una tradición venir a Zaragoza este día, si no venimos es como que nos falta algo durante el resto del año, cuenta Sandra Sebastián escoltada por el resto de su grupo. «Para nosotras es una emoción muy grande, solo con pisar la Plaza y ver a la Virgen se me saltan las lágrimas, por eso somos fieles a esta cita», dijo.